El papá no solo es importante un día, sino todos los días de la vida de un hijo, brindándole apoyo paterno, así como amor y alegría para que así se convierta en un ser humano sin traumas y pueda ser adulto responsable y no caiga en malos caminos y encuentre figuras paternas en la calle que solo le van a dar una mala enseñanza. Por eso, el camino que un padre puede dar está en sus manos, dándoles confianza y cariño a sus hijos. Ser padre es un privilegio, un regalo de Dios, y se debe ejercer este rol con mucho amor, apegado a los valores. (O)

Juan Carlos Andrade, Guayaquil