Cuando la persona busca trabajo, encuentra que los reclutadores de empleados le solicitan que tenga entre cuatro a seis profesiones y le ofrecen un sueldo básico; no entienden que ese profesional ha estudiado algunos años para especializarse y llegar a tener títulos de máster, Ph. D.; aun así no llenan el perfil para empleo.

Solicitan mucha experiencia en los trabajos, hasta en los fáciles, ¿cómo se puede salir adelante así? Ni qué se diga en ofertas más profesionales, por eso los jóvenes no pueden trabajar, y a las personas de 50 años de edad en adelante las ven ‘viejas’. Por costos, por ejemplo, en un departamento de comunicación de una institución debería existir un jefe y las subáreas manejarse por una persona que tenga conocimientos de publicidad y marketing, otra en diseño gráfico y otra en producción audiovisual; es decir que se necesitan cuatro personas en ese lugar, pero empresarios quieren contratar solo una persona con todos estos conocimientos. Recién las universidades, observando esta situación, están preparando en el estudio de todos estos conocimientos juntos. Pero, ¿qué pasa con los graduados profesionales de años atrás?, no podrán trabajar. Deben revisar el problema. ¡Basta ya la injusticia en los empleos!, mucha gente está estresada porque tiene familias que mantener y el mercado laboral no ofrece nada, no se pone en los zapatos de ellas, no va en su misma línea. (O)

Karina Giselle Hidalgo Loffredo, licenciada en periodismo, Guayaquil