En Guayaquil debemos saber plantar árboles, especialmente en espacios angostos (parterres, aceras...) de zonas céntricas, ciudadelas, donde las raíces, ramas... los destruirán y porque subterráneamente existen sistemas de alcantarillado, agua potable, aguas de lluvia y servidas, eléctricos, de telefonía...
En parterres, aceras, zonas, estrechos plantan semilleros (jardineras) para todas las especies de árboles de agresivas, grandes, raíces, fustas, ramas, alturas, etc. Este despropósito antitécnico me indigna, la ciudad podría colapsar en sus instalaciones subterráneas al tener plantados árboles sin conocerlos anatómica, fisiológica y estructuralmente. Deben revisar los ‘semilleros’ en parterres estrechos, aceras y en urbanizaciones de la vía a la costa y a Samborondón, por ejemplo; los árboles están por alcanzar los tendidos eléctricos. No analizan el tipo y desarrollo de las especies arbóreas para definir qué van a sembrar, la ubicación en urbes y carreteras; ya que todo lo existente en dichos sitios determina qué especies vegetales necesitan. Un parámetro esencial es el invierno, como el actual, ya que las lluvias hacen crecer los vegetales, su sistema radicular se desarrolla y se dirige a cualquier punto subterráneo destrozando todo: concreto, hierro, tanques, cables, tubos..., elevando cualquier estructura a su paso. El suelo, el subsuelo, con tanta agua que reciben se remojan, la tierra se suelta, el sistema radicular queda sin contención, el resto del tronco del árbol, fuste y follaje quedan desnivelados. El espécimen, al recibir podas antitécnicas y con fuertes vientos, aguaceros, cae destrozando carros, casas, gente. En cuatro décadas di conferencias de conocimiento de especies vegetales, plantas menores, arbustivas, arbóreas; céspedes, jardineras, etc.; al parecer, nadie ayudó a saberlas emplear debidamente. (O)
Publicidad
Freddy Amauri Santos Romero, ingeniero agrónomo, Guayaquil