El avance ucraniano no se debe a su fuerza militar, sino a todo lo que le están invirtiendo las potencias occidentales. Cifras escalofriantes en cuanto a inversión militar en Ucrania, mercenarios que cobran más que un presidente, sistemas lanzacohetes, cañones remolcados, radares, vehículos blindados, etc.

Por el momento, no se han enviado armas sofisticadas como aviones de combate, sistemas de defensa de largo alcance o buques importantes, dado el cálculo que existe en Occidente, unido al temor a que Rusia si se ve demasiado amenazado utilice armas nucleares. Sin embargo, la industria militar es la beneficiada de esta guerra absurda y paria. Mientras tanto, se hace propaganda tal y como se hacía antaño en otros regímenes, de la capacidad y valía del pueblo soberano ucraniano... Ya se está sugiriendo el envío a Ucrania de aviones de combate y tanques modernos, y nada de plantar sobre la mesa negociaciones de paz y acercamiento, una forma de mediación entre ambas partes. Ningún “líder” occidental de cincuenta países “democráticos” promueve o siquiera sugiere nada con respecto a una actitud no violenta, con acciones y propuestas concretas sobre la mesa.

Nada se habla de liderar a la población a plantar una resistencia no agresiva con el opresor, ya que la violencia solo lleva a un callejón sin salida, como está ya comprobado a lo largo de la historia. Un pacto por la paz en Ucrania debería ser el acto moral que promovieran estas naciones que alardean de adalides de los derechos humanos, que supuestamente quieren la paz y de momento entienden que “paz” es que las negociaciones con los contratistas de armas sigan funcionando. O no son conscientes del peligro en el que están metiendo a la humanidad, o que su inteligencia está dañada tanto que pareciera que juegan como los adolescentes a una guerra de PlayStation. Es necesario que los pueblos hagan reclamos justos en contra de estos envíos de armas, se presione a estos elementos a sentarse en la mesa de un pacto por la paz en Ucrania. (O)

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Jesús A. Fernández Olmedo, Málaga, España