Se ha denunciado que los seguros de los submarinos de la Armada Nacional pierden su cobertura al iniciar una inmersión, maniobra..., para la cual fueron construidos.
A este respecto, deseo aportar lo siguiente: la cobertura de un sumergible es compleja como costosa.
El sumergible, para obtener una cobertura de inmersión, debe pasar por ciertas inspecciones, generalmente hechas por técnicos navales a órdenes de quienes suscriben el negocio y se evaluarán, entre otras cosas, la capacidad o la resistencia del casco (generalmente doble) de su límite de metros para hacerlo, la velocidad o la respuesta de evacuación de lastre para subir la nave a la superficie y el tiempo que tarda, y la electrónica que conlleva a su posición y dirección de la navegación y su autonomía para lograrlo; todo esto entre otros cientos de detalles.
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Cuando una nave de estas características está inactiva indefinidamente se cambia su cobertura a “inactividad de navegación” por equis número de meses o años que son conocidos como “carena de mantenimiento, o de repotenciación”, las dos son largas y por tanto el seguro se reduce drásticamente. El tema de estos sumergibles va por otro lado, se está cobrando una prima como si estuvieran sumergidos la mayoría del tiempo, y en realidad están inactivos, mas se cobraron primas por lo contrario y debería existir la devolución de estas; pero no sabemos a manos de quién van a parar. Y este es el patrón que se sigue, además, en algunos seguros de la aviación, y los perjudicados son el Ministerio de Defensa y la Fuerza Naval. Debe investigarse quién impulsa la denuncia, por qué lo hace y seguir el dinero de las primas, y sin que medie duda se llegará hasta los piratas de siempre, tanto nacionales como ingleses, que han estado allí desde que se centralizaron los seguros en Sucre. (O)
Gustavo Zevallos Baquerizo, ingeniero, Guayaquil