Escuchar sobre las madres y ver las clases de madres que hay en el mundo me lleva a considerar esta frase que leí en el internet: “De todos los regalos que la vida tiene que dar, una buena madre es el más grande de todos”; y así es, porque pueden darte dinero, comida, ropa, lujos, pero si no te dan amor, tiempo o dedicación, no llegas a ningún lugar ni cumplir tus metas y objetivos.
Hay excelentes madres que, a pesar de las dificultades o de quedarse solas, salen adelante con sus hijos sin importarles nada ni nadie. Por eso, como dice Mildre Vermont: “Ser una madre a tiempo completo es uno de los trabajos mejor pagados, ya que el salario es puro amor”.
El núcleo de la familia: la madre
Otra frase que encontré nos dice: “Una madre es alguien a quien te apresuras a ir cuando estás desconcertado”. Si la madre te guía correctamente y te da tiempo de calidad y amor, el hijo va a ir en busca de su apoyo, porque ella se ha ganado su confianza por su accionar. Pero si es todo lo contrario y nunca estuvo para ti, o a la primera dificultad te abandona, es una mala madre que nunca supo valorarte. Por eso y mucho más, les digo a las madres de todo el mundo: sigan el ejemplo de la más perfecta de todas, María, la madre de Jesús, que a pesar de ver a su hijo morir lo acompañó hasta el final y lo guio en su niñez sin desfallecer.
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No cometan los errores de darles libertad innecesaria a sus hijos, o de no regañarlos o corregirlos cuando sea necesario para que no caigan en malos pasos, denles tiempo de calidad, no trabajen en exceso y pasen tiempo con ellos. Cambiemos este mundo y eduquemos con amor, paciencia, calidad y equidad; para evitar celos, envidias y peleas entre hermanos.
“Las madres no solo nos guían a la práctica: nos guían a la grandeza”. Sigan los pasos de María y formemos a los hijos para el bien, para tener una mejor sociedad. (O)
Joaquim Alfredo Barragán Rovira, docente, Guayaquil
