Ayer fue el Día Mundial de la Lucha Contra el Cáncer Cervicouterino, la tasa de mortalidad sigue siendo alta a pesar de que hay métodos, diagnósticos, modernos y vacunas para su prevención.

El virus del papiloma humano (VPH) produce infecciones en la piel y mucosas, lesiones epiteliales proliferativas (verrugas). El gran impacto en el campo de la salud pública mundial fue el conocimiento de su potencial oncogénico y su asociación con tumores humanos, en especial con el cáncer cervicouterino. Un 90 % de los casos de cáncer cervicouterino se debe a infecciones por VPH. Es el segundo cáncer más frecuente en mujeres, a nivel mundial, después del cáncer de mama, siendo el principal factor etiológico el VPH de este cáncer. Las infecciones por el VPH son comunes entre adultos y adolescentes sexualmente activos. Un estudio realizado por la International Agency for Research on Cancer, en 1.732 controles sanos, detectó el VPH en el 4 % de las muestras de biopsias de la cavidad bucal y en el 18 % de las muestras de biopsias de la orofaringe y las amígdalas. El DNA del VPH–16 (cepa que se asocia frecuentemente con el cáncer de cuello uterino) se halló en el 95 % de las biopsias que fueron positivas para el DNA del VPH por PCR (reacción en cadena de polimerasa) y más en los pacientes que tenían más de un compañero sexual o practicaban sexo oral. Las vacunaciones contra VPH–16 y 18 pueden reducir la incidencia del cáncer del cuello uterino; según el Center for Disease Control and Prevention (CDC), reduciría los casos de cáncer en un 61,8 %. Laboratorios virológicos usan diversas y nuevas técnicas de genotipificación del VPH que mejoran la detección precoz y optimizan el diagnóstico. (O)

Jaime Benites Solís, clínico intensivista, Guayaquil