El pasado 2 de julio, Nelsa Curbelo escribió un impactante artículo, ‘Mikel y su tambor’, que relata la muerte de Mikel de 13 años –una bala perdida se dijo fue la causa–. Mikel era tamborilero en una de las batucadas populares de adolescentes que quieren que se los vean como a seres humanos con presente y futuro, no como sobrevivientes, en condiciones de miseria, tentados por su pobreza, para ser sicarios, a riesgo de ser condenados “como adultos”, adolescentes que quieren arte, deporte, tener acceso a servicios efectivos de salud y educación, no en condiciones precarias, no ser agredidos, ni desaparecidos, además de difamados, como sucedió con los chicos de Las Malvinas.

En el mundo –no solo en Ecuador– deben sonar los tambores, que desde la prehistoria en pueblos y culturas han sido instrumentos para decir presente, no nos callan, sea en manos de tamborileros, sea en diversas formas de expresión. No hay que reducirse a pensar “ojalá que a mí no me llegue una bala direccionada por quien la dispare, o perdida”–en sentido real o figurado–. Si quiere aplaudir, hágalo. Si discrepa, señálelo, no necesita hacerlo provocando caos. No se deje arrastrar por las circunstancias.

Mikel y su tambor

¿Confiar en quienes ejercen espacios de poder o tienen títulos profesionales y académicos?, no necesariamente, tampoco degradarlos con generalizaciones. Porque Fito se habría graduado de abogado en curso a distancia, mientras estaba preso, con título registrado en Senescyt, no todos los abogados son como Fito, si ha habido y hay peores y con varios títulos, y hasta en funciones públicas; pero son muchos más los honestos.

Hay personal de fuerzas de orden que actúa sin excesos, pero también los hay deshonestos, es de no creer que desde la propia Policía Nacional ha habido quienes han facilitado armas del rastrillo a bandas de delincuencia organizada, la ‘operación Depuración Azul’ lo evidencia. La entrevista a Juan Carlos Calderón, en EL UNIVERSO, sobre su investigación ‘Dorada opacidad’, relativa a la minería ilegal de oro, que mereció el Premio Rey de España en periodismo narrativo, evidencia los riesgos de infiltración en espacios de gobierno de quienes tienen intereses mineros, distintos a los discursos que se dan.

Culpa de la víctima

Sobre insumos y medicamentos, en unidades del Ministerio de Salud y del IESS, ¿qué será mejor que la dirección de hospitales públicos compre insumos y medicamentos, como se venía haciendo, o que se centralice su compra en la Dirección Nacional como se hacía? La denuncia de que localmente no se compra lo necesario y hay stock inservible, puede tener mucho de cierto, pero ¿será oportuna y diligente la provisión centralizada y su distribución? La queja de miles de pacientes y familiares es que la falta de insumos y medicamentos complica los estados de enfermedad de quienes no tienen recursos para su compra por fuera, más grave si los equipos no funcionan. Es de esperar que la nueva normativa signifique oportunidad y eficiencia.

Y deben sonar los tambores, para que haya optimismo con sustento, en verdades y que se den soluciones oportunas. Solo algo de verdad puede convertirse en la peor mentira, porque induce a engaño. (O)