En algunos contextos, la creencia es más fuerte que la evidencia o viceversa. Por ejemplo: en la religión, la creencia es incuestionable; en política, la creencia se alterna con la evidencia, muchos creyeron en Hitler y hay quienes niegan la evidencia del Holocausto provocado por los nazis; la justicia puede manipularse para ocultar la evidencia; gobernantes, megalómanos, apoyados por una intensa propaganda transforman a la masa en creyentes ciegos; legisladores, sin convicción, alternan sus creencias manipulando evidencias; y ciudadanos divididos, entre los que creen y no creen en las evidencias. En todas las situaciones creemos en la esperanza de un mejor futuro.

Hoy, evocamos el Día de los Santos Inocentes, basado en la matanza de niños menores de 2 años nacidos en Belén, ordenada por el rey Herodes, que buscaba matar a Jesús porque le habían dicho que sería el futuro rey; la venganza por la burla de los Reyes Magos que no develaron dónde nació; y la prevención de María y José, al abandonar Belén, permitiendo que Jesús viviera. Es costumbre hacer bromas y las víctimas reciben las frases “por inocente” o “pobre inocente”.

El presidente de la República ha realizado un pacto de gobernabilidad, se va descubriendo, para que la Asamblea Nacional apruebe leyes beneficiosas. Las fábulas y refranes populares son resultado del comportamiento humano. Esopo, en la fábula “La rana y el escorpión” evidencia lo que pasaría por ser solidarios, inocentes y crédulos de las buenas intenciones de un escorpión, si accedemos a cargarlo, tarde o temprano nos picará con su venenoso aguijón. En este pacto por la gobernabilidad, ¿quién es el escorpión? ¡Exacto!, no es necesario nombrarlo, pobre inocente.

La Fiscalía General del Estado (FGE) condujo una gran operación, que con justa razón la llamó Metástasis, resultado de una larga investigación. Partió desde la muerte e incineración, en la cárcel, de un capo narcotraficante; continuó con la explotación de la información de sus teléfonos celulares, donde registraba conversaciones, textos y material audiovisual, con altas autoridades del sistema de justicia, Policía Nacional, políticos, periodistas y otras personas. Estaban seguros, él y sus contactos, que al poseer uno de los mejores sistemas de encriptación en sus teléfonos, nunca podrían ser descifrados por nuestra tecnología, pero no contaron con que en el mundo hay tecnología que lo hace. Sin embargo, algunos operadores de justicia, prófugos, creyentes ciegos y periodistas prepago tratan de negar las evidencias.

Es evidente que vivimos en inseguridad; hay incertidumbre en saber hasta dónde llegará el pico más alto de asesinatos a ciudadanos; recordamos el Día de los Santos Inocentes, con burlas y nos disculpamos “pobre inocente”; el presidente de la República debe gobernar pactando, pero recordando las sabias sentencias populares, herencia cultural, como “no cargues a un escorpión, su naturaleza es inyectar veneno”; “quien con lobo se junta a aullar aprende”. La FGE ha demostrado capacidad y fortaleza presentando evidencias contra una organización criminal. Hay que apoyarla, porque fortalece nuestra esperanza de tener seguridad. (O)