El conflicto armado interno (CAI) que enfrenta el Estado ecuatoriano contra el crimen organizado transnacional, organizaciones terroristas y grupos armados no estatales está en desarrollo y es el más importante en lo que va de este siglo XXI. En teoría involucra a todos los poderes del Estado. Sin embargo, en realidad, solo se aprecia la firme decisión política del presidente Daniel Noboa; el cumplimiento del ministro de Defensa, nexo político-militar; la conducción de las operaciones militares del jefe del Comando Conjunto, a través de los niveles jerárquicos establecidos en las Fuerzas Armadas (FF. AA.); el cumplimiento del deber de los militares del ejército, marina y aviación, y policías, desplegados en territorio; el firme cumplimiento de la función de la fiscal general del Estado; y el reconocimiento de más del 90 % de la ciudadanía.

Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas dice que ningún acto violento será tolerado

Todos los que patrióticamente están inmersos en este CAI tienen un mérito especial porque emplean y ponen en riesgo sus vidas para proteger las nuestras de la violencia; muchos han sido y son amenazados, también sus familias; en particular, los militares están desplegados por largos períodos fuera de los lugares donde habitan junto a su núcleo familiar y de sus bases o cuarteles en tiempo de paz, además, están sobrecargados de tareas y sus recursos económicos divididos. ¿Sería oportuno llamar a la reserva activa para asuntos logísticos?

Los resultados se miden por índices. El índice de homicidios del 2023, publicado por Insight Crime, ubicó al Ecuador como el más violento de Latinoamérica con alrededor de ocho mil homicidios. A partir del 9 de enero de 2024, cuando se declaró el conflicto armado y a los grupos criminales como “objetivos militares”, los homicidios han disminuido. Otro ejemplo es el control de las cárceles, antes lo tenían los grupos delincuenciales quienes ejecutaron las matanzas más crueles, jamás vistas, hoy están bajo el control de las FF. AA.

Todos los que patrióticamente están inmersos en este CAI (...) ponen en riesgo sus vidas para proteger las nuestras...

No obstante, se produce el lamentable asesinato de la joven alcaldesa, del cantón San Vicente, en Manabí, víctima de la guerra interna y recordatorio de las acciones criminales de terror, e inmediatamente salen los expertos en seguridad, mal dormidos, a generar narrativas en televisión, radio y redes sociales, quienes sin sustento invalidan el trabajo de las Fuerzas Armadas, reclaman al Gobierno nacional por no publicar el Plan Fénix, -si tuviesen la mínima experticia sabrían que los planes son reservados-. Además, hablan del sistema penitenciario, sentenciando el qué y cómo se debe hacer el control de los privados de la libertad.

Los militares que se encuentran en condiciones extremas, controlando las cárceles, demuestran tener una fuerte formación doctrinaria y voluntad de contribuir en forma directa con el éxito de la misión. Los asignados a los campamentos militares montados en el complejo carcelario de Guayaquil, vía a Daule, son un gran ejemplo.

Seis detenidos con armas de fuego y accesorios en operativos en Esmeraldas, Atacames y Quinindé

La mayoría de los ecuatorianos estamos agradecidos con las autoridades del Gobierno, Fiscalía General del Estado, Fuerzas Armadas y Policía Nacional, quienes arriesgan su vida para protegernos desplegados en el territorio nacional y alejados de sus familias. ¡Sigan con esa fortaleza, voluntad y patriotismo! (O)