Una vez más nuestro país se estremece por la violencia. Las bandas delincuenciales, no contentas con despedazarse mutuamente detrás de los muros de nuestras penitenciarías, ahora colocan bombas en nuestras gasolineras y asesinan a nuestros policías a plena luz del día. ¿La causa? El traslado de reos de una cárcel a otra, es decir, un legítimo acto de administración por parte del poder público.

El mensaje es muy claro: “aquí mandamos nosotros, no ustedes”. Los narcotraficantes han declarado abiertamente la guerra al Estado y a la sociedad civil. Quieren ponernos de rodillas.

“Se ha logrado el control al menos del 85 % del total de edificios que se encuentran en la Penitenciaría”, dice el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez

Las medidas tibias hace tiempo dejaron de ser suficientes. Si el Ecuador ha de continuar existiendo como una nación soberana, necesita urgentemente adoptar políticas radicales que permitan la efectiva lucha contra la delincuencia. Aprobar la extradición de los capos de la droga y autorizar a las fuerzas armadas a asistir a la policía, dos de las medidas que se busca incorporar en la consulta popular, serán instrumentales para la lucha contra el crimen organizado. Sin embargo, medidas aún más contundentes son necesarias. Resumo aquí una lista de reformas propuestas por distintas voces de la sociedad civil que creo deben ser parte del debate público:

Si el Ecuador ha de continuar existiendo como una nación soberana, necesita urgentemente adoptar políticas radicales...

1) Crear una unidad de jueces con jurisdicción exclusiva y excluyente en narcotráfico, sicariato y terrorismo que opere fuera del país y dirija los procesos de forma remota. Que estos jueces resuelvan todas las medidas constitucionales conexas con estos casos, incluyendo el otorgamiento del “habeas corpus”.

Un bus de pasajeros y un vehículo que había sido robado fueron incinerados cerca de gasolineras de Santo Domingo

2) Crear una unidad de fiscales especializados en estos mismos crímenes que reciban apoyo logístico de fiscales internacionales y que gocen de protección constante por parte de nuestras fuerzas de seguridad.

3) Solicitar el apoyo de países como Estados Unidos e Israel para entrenar y equipar a nuestras fuerzas de seguridad en materia de lucha contra el terrorismo y narcotráfico.

4) Aumentar el presupuesto público para la compra de equipamiento para la fuerza pública. Proporcionar mejores salarios y mayores beneficios para incentivar el aumento de personal.

5) Derogar el artículo 5 de la Constitución y negociar con Estados Unidos el establecimiento de una o más bases que asistan en la lucha contra la guerrilla y el narcotráfico (una nueva “Base de Manta”).

6) Trasladar a los jefes de las mafias a centros penitenciarios separados, donde les sea más difícil dirigir a sus pandillas.

¿Podremos implementar reformas decisivas a nuestro marco normativo para enfrentar esta amenaza? Con una Asamblea donde se pasea un Latin King y controlada por un partido cuya cabeza desmanteló radares y cerró la Base de Manta, las cosas serán difíciles. Es por eso que ahora es responsabilidad cívica de todos los ecuatorianos presionar a nuestra inerte clase política para lograr un cambio. Más allá de cualquier ideología, Ecuador unido tiene que alzarse. No nos pondremos de rodillas. (O)