Hemos recibido copia de una demanda ante la Defensoría del Pueblo que descubre un doloroso hecho que pone en serio riesgo, presente o futuro, el limitado abastecimiento de agua de la encantadora provincia de Manabí, gran productora de alimentos para el consumo nacional y para la exportación, donde habita una pujante población generadora de riquezas por el cúmulo de bienes que aporta al mercado, manantial perdurable de empleos dignos y seguros. Sin embargo, ha sido frecuente víctima de fenómenos naturales de tanta intermitencia que ni bien se recupera de uno, asoman otros con iguales o mayores consecuencias, es un ir y venir de sequías espantosas e inundaciones incontenibles, que profundizan la clamorosa escasez regional del líquido vital.

También ha padecido por el incorrecto proceder de algunos de sus hijos sumergidos en una corrupción sin límites, deshonrando su privilegiado origen porque o han sido protagonistas o han permitido, que en su perjuicio se perfeccionen acontecimientos denigrantes. Se trata de lo ocurrido con el trasvase uno Daule Peripa-La Esperanza, con vaciado estimado de 500 millones de metros cúbicos, con dos grandes válvulas y sus respectivos motores de regulación, del que se desinstalaron, por órdenes superiores, equipos necesarios para el correcto funcionamiento del sistema, no escapándose ni las instalaciones eléctricas del otrora acogedor campamento.

Lo relatado, respaldado en fotografías y videos, se hizo público a través de diferentes medios alternativos de comunicación, motivando una aclaración de la Empresa Pública del Agua, encargada de la gestión de los proyectos hídricos del país, que lejos de clarificar dejó oscuras dudas abonando a la veracidad de lo demandado, justificando una profunda investigación in situ, con expertos independientes, que concluya con un documentado informe técnico que asegure credibilidad, habida cuenta de estar en juego la salubridad y subsistencia de miles de sedientos habitantes y áreas fértiles, pero secas, ávidas de humedecerse para reverdecer y entregar prósperas vendimias.

La denuncia y otras acciones cívicas, realizadas por el voluntarioso grupo, a favor del adecuado aprovechamiento del potencial hídrico provincial, han sido impulsadas por un novel movimiento ciudadano, despojado de lastres políticos, el Frente Cívico Hídrico Pro Manabí, bajo responsabilidad del economista Jorge Loor Zambrano, posición que capitaliza múltiples simpatías y merece la atención de autoridades, del ministro del Medio Ambiente, Agua y Transición Ecológica, oportunidad magnífica de exhibir su experiencia y eficacia demostradas en el ámbito privado de donde proviene, imponer disciplina y actuar con premura antes de que este límpido asunto adquiera tal fortaleza que se torne incontrolable.

Debe retomarse la propuesta inicial del grupo manabita, amparada en la legislación nacional, abierta a una alternativa público-privada, rescatando primero los costosos activos e incorporando al desarrollo zonas cosecheras, ideales para financiar y manejar proyectos agropecuarios altamente rentables en lo económico y social, inmejorable oportunidad para que Manabí resurja. (O)