Ha habido interesantes discusiones (esto es solo un resumen simple) sobre una pregunta clave: ¿para equilibrar el Presupuesto, es mejor aumentar impuestos o mejor bajar gastos (incluso reducir impuestos)? La primera posición es keynesiana (centroizquierda), la segunda liberal… Tengamos siempre en mente un hecho que todos (así creo) admiten: mejores finanzas públicas son importantes porque entre otras cosas disminuyen riesgos futuros, positivo para inversión y crecimiento.

El argumento keynesiano se teje así. Uno, bajar el gasto estatal es difícil política y prácticamente, pero además impacta la actividad económica. Directamente por la propia disminución de esos gastos, indirectamente porque los que dejan de recibir esos recursos estatales gastan menos (empleados, proveedores), es el conocido “multiplicador”: el gasto público estimula la economía, recortarlo la desestimula (sobre todo si no hay enseguida suficiente inversión privada para compensarlo). Dos, al enfocar el aumento de impuestos en los grupos de más altos ingresos (nuestra reforma tributaria), el efecto recesivo es limitado porque ellos tienen alta “propensión adicional al ahorro”: al pagar más impuestos disminuyen ahorros pero no gastos. Tres, no existe demostración de que la baja de impuestos genera una mayor recaudación a través de mayor crecimiento.

El argumento liberal… Uno, estudios de calidad (ejemplo de Alesina) muestran que ajustes fiscales vía reducción del gasto generan más rápidamente una recuperación que los programas basados en aumento de impuestos. Dos, el aumento de impuestos que genera recortes de ahorro y no de gastos es recesivo, porque el ahorro financia la inversión: mayores impuestos “a los que más tienen” disminuyen ahorro e inversión. Tres, sí hay demostraciones de que bajar impuestos genera recuperación económica, caso Irlanda o Madrid, y mejor equilibrio fiscal. Cuatro, decir que la reducción del gasto público es recesiva (multiplicador) es olvidar que ese gasto tiene una contraparte en impuestos o deuda (equivalente a impuestos futuros), y en consecuencia al reducir el gasto se reducen paralelamente los impuestos presentes o futuros (deuda), lo cual permite a personas y empresas gastar más: la caída del gasto público se compensa con el aumento del gasto privado que también se “multiplica”.

… Agrego al debate: la expresión clave poco mencionada es “más actividad económica con productividad” diferente de solo “más actividad”. Generalmente los keynesianos plantean poco esa diferencia, por eso esa frase absurda “en crisis, se debe aunque sea contratar a unos para hacer un hueco y a otros para rellenarlo”; hay la tendencia a hacer gastos mirando la cantidad (actividad) y no la calidad (productividad). Los liberales sí lo consideran cuando plantean la eliminación de gastos públicos improductivos. Siempre mirar las dos caras: el Gobierno al cobrar impuestos disminuye la actividad privada útil (lo es, si no nadie la adquiriría libremente) para generar ciertos (no todos obviamente) gastos estatales improductivos que aumentan aparentemente la actividad, pero en realidad no lo logran (hay más Estado y menos privado) y además bajan la productividad promedio. Y como la productividad es la base de la riqueza… Para debate. (O)