La Armada del Ecuador recuerda el octogésimo segundo aniversario del Combate Naval de Jambelí ocurrido el 25 de julio de 1941, en el canal de Jambelí a la entrada de Puerto Bolívar, durante la invasión peruana. Los heroicos marinos ecuatorianos dejaron para la eternidad ecos de sus voces, sudor de honor y gloria, ruido de máquinas y estruendo de los cañones del cañonero Calderón, al enfrentarse con éxito al destructor peruano Almirante Villar de mayor tripulación, tonelaje y poder de fuego.

Demostraron que no importa la dimensión sino la voluntad inquebrantable por defender la libertad y soberanía, lo que facilitó que fluya temporalmente la logística de tropas y materiales de Guayaquil a Puerto Bolívar, aunque la invasión peruana se apoderó de la provincia de El Oro. La marina no tuvo unidades para controlar el golfo de Guayaquil, pero el espíritu de reivindicación se incrementó hasta que en la década de los 70 el poder político inició el fortalecimiento militar, naval y aéreo; al inicio de los 80 llegaron buques con misiles, submarinos con torpedos, aeronaves para exploración aeromarítima y armamento para una infantería de marina proyectada desde el mar hacia tierra. Constituyó una fuerza naval disuasiva potente con alto alistamiento durante la victoria en la Guerra del Cenepa, en 1995.

Esta es la agenda de actividades que prepara la Armada para conmemorar los 82 años del combate naval

Nuestro Estado tiene territorio continental, insular, marítimo y aéreo; población; Constitución; leyes e instituciones para su defensa como la Armada que dispone de una fuerza naval para la defensa y protección del territorio y actividades marítimas de los ecuatorianos; está integrada a las Fuerzas Armadas; su ámbito es en todas las aguas nacionales; tiene símbolos excelsos, su himno en su primera estrofa resume de forma sobresaliente la misión: Siempre a rumbo la noble Marina/ Bajo el bello y sagrado tricolor/ Proclamando por mares y por ríos/ La grandeza suprema del Ecuador.

La Fuerza Naval está compuesta por hombres y mujeres reclutados en su juventud mediante un proceso exigente de conocimientos, condición física, salud mental y sobre todo en valores éticos y morales transmitidos por su familia y educadores. La Escuela Superior Naval y los institutos de formación potencian los valores institucionales como el honor, la lealtad, la disciplina y el respeto a los derechos humanos, fundamentales para cumplir cualquier misión armada con eficiencia, eficacia, energía y justicia. La capacitación es permanente toda la vida naval.

Los buques, submarinos, aeronaves, armas, equipos y materiales que tiene o debe tener la Armada depende de las amenazas que potencial y prospectivamente sean determinadas por el poder político. Estas armas son operadas por marinos, hombres o mujeres formados, capacitados y adiestrados con altos estándares para el uso responsable; además son mantenidas, reparadas, modificadas o potenciadas con un conocimiento técnico científico.

Las acciones épicas del comandante Rafael Morán Valverde y su tripulación a bordo del Calderón son ecos infinitos a seguir, por la gloria de nuestra nación: ¡Siempre al rumbo la noble Marina! ¡Viva la Armada! ¡Viva el Ecuador! (O)