Algunos países se han ofrecido como mediadores en el conflicto armado entre Rusia y Ucrania, y parece ser una importante posibilidad de solución, y, además, no se vislumbra otra que pueda detener los horrores de la guerra. Inició este camino Israel visitando a Putin, y luego al canciller de Alemania; Erdogan, de Turquía, reunirá a los cancilleres de Rusia y Ucrania este jueves 10 de marzo; se ofrece, también, China. Analizando: Israel cuenta con su cercanía con la gran potencia americana, y no pertenece a la OTAN; Turquía pertenece a la OTAN, pero, Erdogan, actúa con personalidad; China, cercana a Rusia, a la que acaba de calificar de “su socio estratégico más importante”, tiene el gran interés de que no se altere el actual orden político y económico del mundo, en el que ha podido prosperar asombrosamente. Los mediadores pueden acercar posiciones, alcanzar un alto al fuego, en una suerte de armisticio, acordado diplomática, políticamente.

El presidente de Ucrania se encuentra un tanto decepcionado por la falta de apoyo militar directo de las potencias de Occidente: les pidió una zona de exclusión aérea que impidiera a Rusia volar sobre su territorio, lo que no fue aceptado para evitar una confrontación directa. Las potencias occidentales han declarado formalmente que se abstendrán de tener presencia militar en Ucrania. El secretario de Estado de Estados Unidos ha buscado brindar apoyo militar indirecto presionando a Polonia para que proporcione aviones de guerra a Ucrania, a lo que Polonia se ha negado; tal apoyo podría ser considerado por Rusia como un acto de agresión. Acto seguido, América Latina ha sido sorprendida por el acercamiento de Estados Unidos a Maduro ofreciéndole levantar las sanciones que tienen ahogada su producción petrolera para que pueda recuperarla y así hacerle al mundo menos dependiente de Rusia en materias de energía; la oposición a Maduro, en Venezuela y en Latinoamérica, debe estar furibunda. Esto es reconocer a Maduro y desconocer a Guaidó, que ha sido reconocido por muchos gobiernos de América y de la Unión Europea. El presidente de Ucrania también pide no comprar petróleo ni gas a Rusia; Alemania y otras potencias europeas dicen que solo progresivamente, paso a paso, pueden sustituir esas importaciones. Rusia ya amenaza con cortar la exportación de gas a Europa, y tomar represalias en la provisión de petróleo. Los precios de gas y petróleo se han disparado por los cielos.

El éxodo de familias ucranianas es desgarrador; la nueva condición rusa para que solamente puedan salir por los llamados corredores humanitarios hacia Rusia o Bielorrusia es inhumana, contraria al derecho, a la razón. ¡Salir de la invadida Ucrania hacia la tierra del invasor es humillar a un pueblo heroico! ¡En el Día de la Mujer hemos visto mujeres empuñando fusiles! ¡Hasta Atila respetó Roma! En la primera oleada salieron a distintos países de Europa, como Polonia, Alemania, Moldavia y otros; el Ecuador consiguió traer a sus nacionales en varios aviones con una impecable organización de Cancillería.

Ojalá los ánimos se calmen, los mediadores convenzan a las partes a hacerse concesiones mutuas, se restablezca la paz y no se derramen más lágrimas y sangre. (O)