Dedico esta columna a los nacidos en este siglo que no vivieron en el caos de los últimos años del siglo pasado. Convertir el dólar como la moneda de curso oficial en el Ecuador fue una decisión valiente que tomó el expresidente Jamil Mahuad el 9 de enero del 2000, reconociendo la extrema debilidad de la moneda oficial, el sucre, que nadie estimaba porque perdía su valor con una rapidez desconcertante. En su libro Así dolarizamos al Ecuador, Mahuad recuerda: “El 1 de octubre había caído a 13.400 sucres por el anuncio de la carta de intención (con el FMI), pero una semana después, el 8 de octubre, alcanzó los 15.000 y el 14 se ubicó en 15.500, el 15 en 15.800 y se aproximaba ya a los 18.000 el 19, pero el 25 alcanzó los 18.400. El dólar siguió subiendo y se cotizó en 16.900 sucres el 8 de noviembre, subió a 19.200 el 18 y se proyectaba a romper la barrera de los 20.000, pero bajó a 18.600 el 24 de noviembre como respuesta a una subida de intereses decretada por el Banco Central. Sin embargo, este rebote perentorio no había logrado compensar el nerviosismo creado en los mercados por el efecto combinado de la emisión monetaria, la decisión del Tribunal Constitucional, la falta de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y el desfinanciamiento del presupuesto del 2000”.

La gente hacía cola en las casas de cambio para comprar unos pocos dólares y muchos negocios se hacían en esa moneda para evitar pérdidas por las variaciones del tipo de cambio. Los precios de los alimentos subían todas las semanas y los pobres de ingresos fijos eran los que más sufrían. Este columnista trabajaba en una compañía de seguros y el 98 % de la cartera estaba contratada en dólares. Recibía las primas y pagaba los siniestros en la misma moneda. Así estaba toda la economía. Mahuad lo reconoció, dolarizó y se mantuvo una semana más en el poder. Su sucesor constitucional, el doctor Gustavo Noboa Bejarano, tuvo el acierto de mantener la decisión de Mahuad.

La bancada correísta de la actual Asamblea quiere ganar simpatías políticas cambiando el texto constitucional para poner que el dólar es la moneda oficial del Ecuador. Hemos pasado más de 24 años sin adecuar la letra de la ley a la realidad, por lo cual la intención parece oportunista. Cuando se redactó la actual carta magna ya estábamos dolarizados por más de un lustro, pero desconozco si algún legislador propuso el cambio. Además las leyes monetarias ya consignan que el el dólar de los Estados Unidos de América es la moneda oficial del Ecuador y autoriza al Banco Central a emitir monedas metálicas de valor inferior a un dólar. Por lo que ese cambio puede esperar unos meses más porque, si gana Daniel Noboa, tendremos una asamblea constituyente que sustituiría la actual constitución (vigente desde el 2008), dizque “garantista”, que creó engendros como el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, al que le dieron facultades que sustrajeron del Parlamento, como nombrar autoridades de control y crear situaciones jurídicas de las que se aprovechan los delincuentes para procurar impunidad.

Ese sistema de protección debe ser regulado con inteligencia a fin de que las garantías que protegen a los ciudadanos comunes sean usadas en favor de quienes las necesitan y no de contumaces delincuentes que viven del delito y hasta ordenan asesinatos desde las cárceles. (O)