En los últimos días, Ecuavisa y este Diario han publicado sendos reportajes sobre la migración desde nuestro país hacia EE. UU. Son miles de ecuatorianos que se van con el sueño de tener mejores oportunidades de vida. Narran los riesgos que corren para llegar a su destino.

Más de 212.000 ecuatorianos han sido deportados desde EE. UU., México y Panamá entre enero y junio de este año. Pero, esa no es toda la tragedia que sufren desde que empieza la ruta del calvario hasta que los devuelven al Ecuador. Otros son también víctimas de los secuestradores, que les quitan hasta el alma, y no todos logran salir con vida. ‘El total de migrantes secuestrados son miles y muchos no denuncian por miedo’.

El compromiso de servir de las autoridades

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), “al cruzar de México a Estados Unidos siguen enfrentándose a amenazas como secuestros, violencia, asaltos y a duras condiciones climáticas adversas, como olas de calor”. Son largos días de caminatas, en condiciones extremadamente precarias, sin un colchón para dormir, ni donde cumplir sus necesidades biológicas, hambrientos y sedientos los migrantes llevan también a cuestas la pesadumbre de haber dejado su tierra, su hogar y los suyos. Muchos van con sus hijos, con el riesgo de perderlos en el camino; otros los dejan prácticamente abandonados, y, otros los mandan solos, sin pensar en las penurias que estas criaturas van a soportar. Si todo este infernal calvario es intolerable para los adultos, no digamos para los pequeños. No todos alcanzan el sueño de llegar al gran país del norte, instalarse y conseguir un trabajo digno y bien remunerado. Son decenas de miles de dólares que pagan a los coyoteros ($ 52,3 millones se enviaron de Ecuador a México el primer trimestre de 2024. El “negocio” mueve $ 1.762 millones). Si se les permitiera desarrollarse aquí, con ese dinero, no tendrían necesidad de irse.

¿Cuánto dinero mueve el ‘negocio’ de la migración ilegal en Ecuador? Una cantidad astronómica con la que se podría cubrir la deuda que el Estado tiene con el IESS

Y la pesadilla puede continuar para los sobrevivientes de la tormentosa travesía que pisan el suelo anhelado, ya que, al sentirse perseguidos por la “migra”, no viven tranquilos. Muchos profesionales se dedican a tareas agrícolas, o a atender restaurantes, jardines, etc., no compatibles con su formación, siendo el desconocimiento del inglés otra desventaja, por lo que el sueño se torna también en pesadilla. Y no todos, lamentablemente, logran una vida acorde con lo soñado.

La OIM sostiene que 1,2 millones de ecuatorianos tienen intención de migrar y cada vez es más alta la demanda de salir, siendo los de mayor migración Cañar, Azogues, El Tambo, La Troncal, Cuenca, Gualaceo, Santa Isabel y Sígsig.

“Mientras no exista una atención focalizada en estos sectores, se va a seguir dando una suerte de éxodo, de gente que vende todo lo que tiene para poder asumir este desafío, y se dan cuenta fuera del país o en camino a su destino que no tienen dinero para continuar y quedan mucho más vulnerables antes de haber salido”, refiere el vocero de la OIM.

Es inconcebible que un país rico, como el nuestro, tenga que sufrir una ola migratoria tan grande. ¿Hasta cuándo les robamos el derecho a vivir en su patria, con los suyos? ¿Hasta cuándo permitimos que sufran tremenda pesadilla? ¿Quiénes son los responsables? (O)