Más allá de los vaivenes electorales del camino, algunas reflexiones (dispersas).
1. Tenía razón Churchill (parafraseando), “la democracia es el menos malo de los sistemas”, porque es realmente muy extraño: un grupo de personas autoescogidas (o elegidos por sus cercanos), sin ningún mérito especial, se presentan para ser electos a cargos importantes (Presidencia o Asamblea), y de manera obligatoria porque en la práctica no existe la opción de rechazarlos. Es como si para la gerencia de su empresa usted tuviera necesariamente que escoger entre los 4 o 5 que se presentan el día tal (¡o para saber con quién se casa!). ¿Cargos importantes? Sin duda, porque tienen enormes potestades, desde decidir cuántos impuestos pagamos (obligatoriamente), en qué se gastan y quizás peor aún, toman decisiones sobre nuestras vidas: educación, libertad de comerciar, qué es lícito o ilícito, cómo son las relaciones laborales, el uso de la fuerza y tanto más. Afortunadamente, porque pueden abusar de estos poderes (y lo hacen), la democracia se ha inventado el equilibrio de los tres poderes: que unos se controlen a otros. Algo es algo.
2. Pero es aún más extraño cómo actuamos los electores: si bien no disponemos de mucha información para elegir, tampoco nos esforzamos mucho en obtenerla y evaluarla. Sin duda ponemos mucho más interés en otras decisiones menos importantes de la vida. Decimos “es que la política no me interesa”, o “igual tengo que seguir peleando en mi vida diaria”, como si lo que hacen los políticos no nos afectara.
3. De ahí que los resultados del domingo me llamen la atención, ya que luego de tanto movimiento terminamos con algunas tendencias similares al 2021. Recordemos que en ese entonces fue: Arauz 32,7 %, Lasso 19,7 %, Yaku 19 % y Hervas 15,7 %. Ahora: Luisa 33,6%, Noboa 23,4 %, Zurita/Villavicencio 16,6 % y Topic 14,7 %.
¿Similitudes?
El mismo total de ausentismo + blancos + nulos, pasando de 31,6 % a 32,6 %, a pesar de que el ausentismo fue mayor ahora (23,8 % frente a 19 %).
Los cuatro primeros tienen casi la misma votación, a pesar de ser cuatro diferentes: 87,1 % antes, 88,3 % ahora.
El correísmo casi lo mismo (0,9 % de aumento) con la misma base de apoyo en la Costa.
El segundo en un nivel relativamente parecido (23,4 % frente a 19,7 %), pero sobre todo que ambos son del ámbito empresarial (sí les diferencia la edad). El tercero y cuarto suman algo parecido: antes 34,7 %, ahora 31,3 %.
Aunque se habla mucho de la nueva generación de políticos, el promedio de edad de los 4 primeros bajó de 50 a 45 años, lo cual no es despreciable pero tampoco notable, aunque para los dos primeros la diferencia sí es importante: bajamos de 50 a 40 años.
Otra diferencia importante: ahora tres de los cuatro primeros provenían de la Costa, en 2021 la mayoría de la Sierra.
La democracia es, pues, algo extraño que debemos preservar y mejorar porque es lo menos malo que tenemos, y lo primero es limitar el poder de los políticos y dar más poder a los ciudadanos y sus organizaciones más cercanas, aunque en realidad aumenta constantemente (ellos mismos lo incrementan). Pero no deja de impactarme pensar que personas “caídas del cielo” pueden tomar tantas decisiones sobre nuestras vidas. (O)