Sentado frente al mar, en Olón, en casa de un gran amigo, decidí escribir un artículo de negocios, mientras reflexionaba sobre la belleza del Ecuador, que en sus cuatro regiones posee abundantes recursos naturales desaprovechados por falta de políticas económicas innovadoras y de cultura ética para los negocios.

En la película Risky Business el personaje de Tom Cruise tomaba un curso para emprendedores del futuro y debía presentar un nuevo emprendimiento, estrategia de negocio y utilidad lograda. Aprovechando que sus padres salieron de viaje se asoció con una mujer que le propuso hacer una fiesta en la que todo podría pasar a cambio de un fee. Tom hizo bastante dinero, pero al siguiente día perdió todo.

El detonante

A diario debemos tomar decisiones éticas y, en particular, cuando creamos negocios. En nuestro maravilloso Ecuador siempre hay muchas oportunidades, pero –como vemos en la película de Cruise– vivimos la cultura de hacer dinero sin importar la ética ni el efecto en los demás, peor aún el daño causado al Estado.

La cultura impregnada en nuestra sociedad permite que así seas corrupto y hagas dinero de la noche a la mañana, para muchos serás un buen empresario, un as para negociar; el sistema financiero te abrirá las puertas, comprarás propiedades exclusivas y tus hijos se relacionarán con gente de la sociedad.

Total en el golfo

No importa el riesgo, podemos hacer negocios turbios, contratar y coimar en instituciones estatales, gestionar cargos públicos, comprar jueces, estafar a personas e instituciones y trabajar en el Estado para enriquecernos, que no pasará nada; sin embargo, la situación está cambiando, en particular porque la justicia se está aplicando en los Estados Unidos –como hemos visto en el caso de un excontralor– y, además, el Congreso americano ha expedido el Foreign Extortion Prevention Act (FEPA) que impone responsabilidad a los funcionarios públicos extranjeros que acepten sobornos de personas o empresas americanas con riesgo de extradición para el extranjero.

Al comenzar un nuevo negocio debemos tener en cuenta aspectos mínimos como: a) conocer al cliente; b) realizar un flujo de caja y estimar la recuperación de la inversión; c) y establecer una cultura ética para la toma de decisiones.

Es difícil entender cómo en el Ecuador alguien se atreve a estafar al Isspol y no es extraditado; los sentenciados por delitos de fraude al Estado ecuatoriano en los Estados Unidos no tienen juicios locales; y cómo empresas extranjeras señaladas en esos fraudes siguen habilitadas para contratar con el Estado. No existe una óptima rendición de cuentas de los funcionarios públicos o privados como vemos en casos recientes de venta de bonos estatales por medio de la bolsa de valores. Según estudio del BID, el gasto por despilfarro llegaría al 5 % del PIB. Eliminando el gasto ineficiente reduciríamos el déficit fiscal.

Cambiemos la cultura de realizar negocios opacos e impongamos tolerancia cero a la corrupción, en lo público y en lo privado, para no terminar en la cárcel o sin pan ni pedazo, como terminó Tom Cruise en Risky business sin aplicar principios éticos. (O)