La salud es una de las principales variables que determinan los niveles de inclusión social, desarrollo económico y sostenibilidad ambiental de los países. En América Latina y el Caribe en particular los indicadores de salud de la población han atravesado un progreso significativo en los últimos años, sin embargo, la pandemia de COVID-19, en 2020, generó un deterioro considerable en los indicadores sanitarios de la región que se reflejaron, según datos de la Cepal, en la concentración del 27 % del total de las muertes globales por COVID (a pesar de que la región representa solamente el 8,4 % de la población mundial).

En este marco resulta urgente avanzar hacia sistemas de salud universales, sostenibles y resilientes, con financiamiento e impacto directo en el acceso, la cobertura y la prestación de servicios y recursos para las personas. En el caso de la búsqueda por promover sistemas de salud integrales, es importante remarcar el trabajo que lleva adelante la Organización Mundial de la Salud. La institución analiza la capacidad de producción, los resultados e impactos de las políticas públicas, para proponer mejoras en la eficiencia, la coordinación y la prestación general del servicio sanitario. En términos de financiamiento, CAF –banco de desarrollo de América Latina y el Caribe– cuenta con una agenda estratégica muy ambiciosa en materia de salud que plantea la necesidad de llegar a las poblaciones más vulnerables y a la niñez temprana para asegurar la promoción de prácticas eficaces y efectivas para una salud óptima. En Ecuador, por ejemplo, firmamos en 2021 un convenio de cooperación técnica con la Organización Panamericana de la Salud, para impulsar el mejoramiento y la recuperación temprana de las redes de servicios sanitarios. Ese mismo año aprobamos una línea de crédito contingente por 1.000 millones de dólares, con fondos de la Agence Française de Développement (AFD), para mejorar los sistemas de vigilancia epidemiológica, desarrollar tecnologías digitales y fortalecer los servicios de telesalud de Ecuador, Argentina y Bolivia. Finalizada la pandemia, en marzo de 2023, la CAF aprobó un crédito por 125 millones de dólares para apoyar la ejecución del Plan Anual de Inversión de Salud Pública 2023-2025. La iniciativa busca aportar a la reducción de la desnutrición infantil y la eliminación de la malaria, la promoción de la salud intercultural, el abordaje integral de la salud sexual y reproductiva, y el fortalecimiento institucional. Y, actualmente, llevamos un plan de acción con el Ministerio de Salud Pública para desarrollar estrategias de cuidado y atención primaria de la salud para la primera infancia.

América Latina y el Caribe enfrentan una enorme cantidad de desafíos asociados a la eficiencia, la prestación y el acceso universal de los servicios de salud. Y, a la vez, desde la pandemia de COVID-19 el sector ha adquirido una relevancia y un nivel de prioridad en el marco de las políticas públicas, el financiamiento multilateral y la inversión privada. Nuestra tarea hacia adelante radica en seguir fortaleciendo esos espacios para crear una América Latina y el Caribe justa y para todos. (O)