Los cabos sueltos en el centro forense

Es importante que se garantice la inmediata reparación de cualquier bien del Estado en una época en que la crisis energética no se ha superado.

Personal de limpieza desinfecta uno de los contenedores de los cadáveres sin identificar, luego de las fallas presentadas en el sistema de refrigeración.

17 de junio, 2024 - 17h41

Variaciones eléctricas experimentadas hace varias semanas provocaron daños al sistema de refrigeración de dos contenedores del Centro Forense Zonal 5 y 8 - Laboratorio de Criminalística de Guayaquil. El problema fue resuelto, según un comunicado emitido el 13 de junio por la Gobernación del Guayas, y el reconocimiento y entrega de cadáveres fue reanudado.

El Servicio Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses notificó que el 8 de junio de 2024 se puso en marcha un contenedor refrigerado que presentaba fallas. Pero antes, la descomposición de cuerpos provocó malos olores ante lo que habitantes de la zona y personas que buscaban reconocer a algún fallecido elevaron sus quejas.

El manejo de cadáveres en descomposición es altamente tóxico, advierten médicos especialistas. Además, los fluidos que emanan contaminan el ambiente.

Más allá de que el problema de refrigeración se haya resuelto, hay cabos pendientes de atar. El tema eléctrico declarado es fortuito, lo grave es que se haya dejado pasar al menos dos semanas para resolverlo una vez que saltó a la luz pública.

Si hubo negligencia tienen que venir investigaciones y, de ser el caso, sanciones.

Otro tema pendiente es determinar los efectos posteriores. Personas que ingresaron a reconocer familiares hablan de un panorama tétrico: malos olores, cuerpos en descomposición y poca protección.

Además de verificar enfermedades expuestas tras el ingreso al centro forense, las autoridades se deben ocupar de investigar si hubo filtración, a la tierra y al manglar, de fluidos de los cadáveres y qué consecuencias puede traer.

Un informe completo de lo ocurrido sería bien recibido por la ciudadanía y es lo responsable por transparencia y honestidad.

El daño de los contenedores no es responsabilidad de quienes los administran, pero sí el seguimiento del servicio y reportar cualquier anormalidad.

También es importante que se garantice la inmediata reparación de cualquier bien del Estado en una época en que la crisis energética no se ha superado. (O)