“Mamá, resiste... te necesito”. Cómo no sentir dolor e impotencia al ver o leer la súplica de un niño que en Manta, el 18 de mayo, vivía la tragedia de ver morir a su madre en medio de un ataque armado en el velorio de su padre, el agente de tránsito asesinado en Guayaquil la noche del 16 del mismo mes.

Cuánto daño puede generar a un pequeño ser testigo del crimen de su familia y hasta parte de los heridos en estos hechos, como si no fuera suficiente con lo que significa la orfandad para el menor de edad, su hermano y tantos otros que en Ecuador son víctimas colaterales de la delincuencia.

Las redes sociales traen videos explícitos. Los medios de comunicación informamos con responsabilidad y respeto hacia las víctimas y las audiencias.

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Pasaron solo dos días para que a través de las plataformas digitales ciudadanos difundieran otro ataque armado, esta vez en Montañita. En un video se ve a tres hombres disparando al interior de un restaurante donde la noche del sábado había actividad normal, y en otro audiovisual, el resultado de las balas: seis muertos y otros tantos heridos. En medio de ello, niños llorando... sí, otra vez niños en la mitad de una tragedia que lacera al Ecuador.

Tras la muerte cruzada, hace cinco días, el ministro del Interior, Juan Zapata, informaba que la Policía se desplegó en el país para garantizar la paz, el orden y la seguridad pública. El general en servicio pasivo Wagner Bravo, desde la Secretaría Nacional de Seguridad Pública y del Estado, ha dicho que el mayor objetivo es combatir la amenaza terrorista impuesta por los grupos de delincuencia organizada.

El 26 de abril, en su posesión, el consejero de seguridad Paco Moncayo habló de una respuesta contundente al crimen organizado. Acontecimientos como el de Manta, el de Montañita; antes, en El Oro y Esmeraldas, obligan a una mayor reacción. Mientras se aplican tácticas o se desarrollan planes, en el país caen adultos y niños en una guerra que no provocaron, los inocentes, para los culpables debe funcionar la ley. No podemos seguir esperando. (O)