Con rigidez y un punto de ternura, la actriz Emma Thompson se hace la reina de la pantalla en Saving Mr.Banks una película sencilla tanto en su historia como en su planteamiento y que sorprende por su narración sin artificios.

La mayoría de la gente sabe quién es Mary Poppins principalmente por la película, pero pocos conocen la historia que rodeó su adaptación, los esfuerzos de Walt Disney por conseguir que la británica P.L. Travers le cediera los derechos de su obra más querida.

Y es eso lo que cuenta Saving Mr.Banks, el proceso final de esa negociación, la entrada de la seria y rígida Travers en el empalagoso mundo de Disney, al que interpreta Tom Hanks, con un punto de parodia y de irrealidad que conjuga bien con el universo infantil de este creador.

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Thompson da todo un recital de interpretación en la recreación de esta escritora, que busca de cualquier manera impedir que el ñoño mundo de Disney se apodere de Mary Poppins.

La cinta, dirigida por John Lee Hancock y que ayer se estrenó en toda Latinoamérica, se mueve entre el momento en el que se prepara la adaptación de Mary Poppins y la infancia de la escritora, en su Australia natal, con un padre alcohólico que marcó una niñez mucho más compleja que lo que sus libros podían hacer imaginar.

El reparto lo completan Paul Giamatti y Colin Farrel, que interpreta al padre de Travers.

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Con una cuidada estética y una actualización de los archiconocidos temas de Mary Poppins, la película parece deliciosamente anclada en el pasado tanto por su historia como por la limpieza con la que el director ha situado la cámara para narrarla.