“Buen viaje, papá”, deseaban en su corona los tres hijos mayores de Paco de Lucía: Curro, Casilda (Sisi) y Lucía. El genio español de la guitarra falleció el pasado martes en México, a los 66 años, a causa de un infarto.

Y mientras los adultos penaban por su ausencia, el más pequeño de sus vástagos, Diego, de 7 años, con el que jugaba al fútbol en la mexicana Playa del Carmen cuando el artista notó los síntomas del infarto, se afanaba en recoger las flores que muchos de los admiradores dedicaban a su padre.

Con ellas, el niño, vestido de negro de pies a cabeza, al igual que su hermana Antonia, de 14, formó una montaña que tapó casi por completo, en el Auditorio Nacional de Madrid –el pasado viernes–, las banderas española y andaluza que cubrían el ataúd de su padre, flanqueado por decenas de coronas, entre ellas las de su viuda, Gabriela Canseco (“Siempre con nosotros”, decía su despedida) y su primera mujer, Casilda Varela, quien escribió: “Te quiere, Casilda”.

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Del príncipe Felipe al ministro de Educación, Cultura y Deporte, de Alejandro Sanz a José Mercé, de Pepe Habichuela a Rosario, del más humilde de los aficionados a su luthier, todos han coincidido en manifestar un cariño y una admiración inmensa por uno de los artistas más universales.

Massiel, Josemi y Antonio Carmona y su padre; los cantaores Carmen Linares y Arcángel; Vicente Amigo, Joaquín Cortés, Ana Belén y Víctor Manuel, fueron algunos de los miles de españoles que despidieron a De Lucía. “Todas las gitanas están llorando su muerte”, dijo Rosario, muy afectada porque, manifestó, “se nos están yendo todos, pero es que, además, con 66 años queda mucha vida por delante”.

Sus compañeros han querido dejar sentada su admiración y su convencimiento de que era el guitarrista más importante y querido de los siglos XX y XXI. Un hombre, dijeron, “bueno, tímido y divertido; genio indiscutible, sabio, pionero” y depositario de la esencia del arte español más genuino y admirado en el mundo, un embajador del arte flamenco.

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De Lucía, cuyo nombre real era Francisco Sánchez Gómez, fue autor de una treintena de discos, entre los que destacan algunos como Fuente y caudal y Entre dos aguas, que también da nombre a uno de sus temas más conocidos. Comenzó a tocar la guitarra de niño. A principio de los años 60 actuaba junto a su hermano Pepe en el dúo Los chiquitos de Algeciras, y en 1964, con 17 años, publicó su primer disco en solitario.

¡Qué dolor! ¡Qué pena! ¡Tan joven! Con 66 años, aún tenía mucho para dar. ¿Cómo queda el flamenco sin su guía, sin su músico más importante?Jorge Drexler Cantante