Ecuador es un crisol multicultural y étnico que se ve reflejado en la producción literaria. Esta riqueza recorre las páginas de Siete lunas y siete serpientes, del guayaquileño Demetrio Aguilera Malta (1909-1981), una novela que se ha convertido en un clásico.

La figura principal de la obra aguileriana es el cholo del Litoral. Es el universo del cholo el que impregna su trilogía, que abarca Don Goyo (1933), La isla virgen (1942) y que cierra con Siete lunas... (1970).

Siete lunas funde la realidad con el mito, inspirado en leyendas del Litoral pobladas de tintines, aparecidos y brujos.

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Aguilera creó en la novela un mundo propio con sitios como la mítica ciudad de Santorontón y la isla de Balumba, donde las fuerzas del bien y el mal libran combates eternos. Son esas tierras la última morada de los cholos indómitos, que se niegan a desaparecer frente a la avalancha de la modernidad destructora.

Los personajes son ejemplos de esa mezcla de realismo y magia que marcaría un estilo durante esa década, destacando el coronel Candelario Mariscal, representación de los mitos y leyendas de la cholería, personaje bravío, que la ira lo hace transformar en caimán, junto a una galería de seres que tienen una representación especial en este mundo de aires épicos.