Bailarinas con remera marinera, campera de cuero y corsé: todo el universo de Jean Paul Gaultier irrumpió el sábado 27 de septiembre en su último desfile de prêt-à-porter (término en francés que se traduce como "listo para llevar"), presentado como una mezcla de concurso de belleza, show de revista musical y programa de televisión de los años ochenta.

"¡Bienvenidos al Gran Rex para la elección de Miss Jean Paul Gaultier 2015!", lanzó el animador Alex Taylor, al que se suma luego la actriz española Rossy de Palma en el enorme escenario del cine Grand Rex de París.

Las concursantes de esta parodia de certamen de belleza están vestidas con los modelos de la colección, que combinan elementos masculinos y femeninos, oscilando al mismo tiempo entre blanco y negro.

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Rossy de Palma, que inspiró tanto a Pedro Almodóvar como actriz en la pantalla grande como a Gaultier en la pasarela, arriesga un strip-tease en escena y termina desfilando en corsé.

Vienen luego modelos inspirados en los ciclistas del Tour de Francia, vestidas con pantalón corto, medias de fútbol y tacones altos.

Llegan después las mujeres de los futbolistas, con música de las Spice Girls: una tiene un perrito en brazos, otra se toma 'selfies' con un celular dorado, otra infla un globo de goma de mascar rosada frente a los fotógrafos.

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Siguen unas veteranas elegantes acompañandas por sus chicos 'escort', y luego delirantes modelos inspirados por los luchadores mexicanos enmascarados.

El desfile fue en su conjunto una serie de guiños a la carrera de este creador estrella de los años ochenta y noventa, que desde un principio supo romper los códigos haciendo desfilar a modelos atípicas, corpulentas o veteranas, mezclando estilos y borrando fronteras entre lo masculino y lo femenino.

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Al término de una coronación burlesca, la modelo top canadiense Coco Rocha fue finalmente coronada Miss Jean Paul Gaultier. Y en medio de la apoteosis final, entre todas las 'misses' que se ponen a bailar bajo una lluvia de confetti dorados, el diseñador hace su aparición antes de que caiga el telón sobre el escenario y sobre su carrera en el prêt-à-porter.

Una semana antes del inicio de la Semana de la Moda, Jean Paul Gaultier habia causado estupor al anunciar su salida del prêt-à-porter, aunque aclaró que seguirá creando para la alta costura.

Pero el momento no está para nostalgias. "Tuve toda la felicidad que quería en 38 años de prêt-à-porter. ¿Porqué habría de estar triste?", dijo entre bambalinas tras el desfile.

"Voy a hacer otras cosas, hago alta costura, voy a hacer pequeñas colecciones individuales tal vez, de vez en cuando. Nada ha terminado, obviamente, no me puedo separar de la moda así nomás", añadió.

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"Pero no de esta forma, no a este ritmo", agrega el diseñador de 62 años, a quien las obligaciones de varias colecciones ya no dejaban tiempo ni libertad para renovarse.

Una de sus musas, la modelo Farida Khelfa, estaba presente en la sala, junto a Catherine Deneuve. Tampoco ella estaba triste. "Estoy muy feliz -dijo- hay mucha alegría. Hay que mirar hacia adelante. Jean Paul va a hacer una cantidad de cosas".

El legado de Gaultier

Emblema histriónico de los años ochenta, el exuberante desafío de Gaultier a los códigos le valieron desde entonces el apodo de "enfant terrible (chico rebelde) de la moda", y así lo siguen llamando los franceses con cariño o ironía a los 62 años.

Su historia creativa comienza en los suburbios de París, donde de niño inventaba ropa para su osito de peluche. Pero no termina este sábado con la despedida al prêt-à-porter: Gaultier aclaró que seguirá creando para la alta costura.

"Dibujaba todo el tiempo" modelos, relata su amigo de infancia Donald Potard, que luego dirigió durante años la firma Gaultier, actualmente propiedad del grupo español Puig.

"Cuando éramos niños, dos veces al año tenía que aguantar la presentación de su colección, lo cual me aburría porque yo prefería jugar al tren eléctrico", recuerda Potard.

Tras formarse a los 18 años en el taller de Pierre Cardin, presenta en 1976 el primer desfile de su propia marca, que alcanza luego fama mundial gracias a un estilo rebelde y sexy que seduce a la chica del suburbio y la burguesa de los barrios ricos.

Un corset descubierto en el ropero de la abuela terminará inspirando el de senos puntiagudos que vistió a Madonna en su gira Blond Ambition de 1990. Cuatro años más tarde, diseña los atuendos de Victoria Abril para "Kika" de Pedro Almodóvar.

Las tendencias y productos que lanza se imponen en el mundo entero, desde la remera marinera a rayas (1983) al perfume presentado en una lata de conserva (1993). En 2010 crea una colección de muebles para Roche Bobois.

Si Yves Saint Laurent vistió a las mujeres como hombres, él vestirá a los hombres como mujeres, poniendo a la moda el kilt escocés, porque según él "un hombre no lleva la masculinidad en la ropa, su virilidad está en su cabeza". Hace desfilar a mujeres veteranas o pasadas de kilos y fue uno de los primeros en integrar abiertamente elementos étnicos a la moda occidental.

"Realmente escribió las reglas de un juego totalmente nuevo", comentó a la AFP Pamela Golbin, encargada del departamento moda del Museo de Artes decorativas de París. "Con su visión de la cultura refinada o popular, de lo masculino y lo femenino, lo nacional y lo exótico, impuso un 'meting pot' cultural al vocabulario" de la moda.

El estilo de Gaultier inspirado en la cultura pop y la vida cotidiana radica precisamente en ese arte de lo ambiguo, que confunde polos opuestos y subvierte los criterios establecidos, aunque sin perder cierta mirada tierna e inocente de la realidad.

Su última colección insistió mucho en ese aspecto, con modelos asimétricos divididos en dos mitades masculina/femenina o formal/informal y estricto/sensual.

Según Nathalie Bondil, directora del Museo de Bellas Artes de Montreal, que lo convenció de hacer una muestra sobre su obra que ya fue vista por un millón de personas en todo el mundo, "Jean Paul Gaultier es muy abierto de mente, muy tolerante y dotado de una suerte de empatía con la gente. Él le dice a cada cual: sé tí mismo y diviértete con la moda".

Sus desfiles son espectáculos con visos de happening donde siempre irrumpe lo inesperado, con una pizca de provocación, y el último desfile hizo honor a la tradición.

Como ocurrió con Saint Laurent, otro iconoclasta, Jean Paul Gaultier terminó siendo un clásico, tras ochos años de creación para la casa Hermes y su entrada al club exclusivo de la alta costura, la aristocracia de la moda, inaccesible a la mayoría.

La retrospectiva itinerante sobre su carrera creativa recorre actualmente el mundo y terminará con una muestra en el Grand Palais de París en 2015.

Al anunciar su salida del prêt-à-porter el 15 de septiembre, Gaultier deploró el ritmo frenético que la industria de la moda impone a los diseñadores, dejando poco espacio para la creación.

Según Donald Potard, "es muy difícil que alguien se convierta en su sucesor". "Hoy es más difícil llegar con ideas originales, dado que todo el mundo se viste igual y hace sus compras en cadenas de tiendas que venden todas lo mismo en París, Milán o Tokio.

Esperemos que la moda vuelva a ponerse de moda y entonces sí pienso que volveremos a ver aparecer sucesores de Jean Paul Gaultier". A menos que sea el propio Gaultier quien cambie de opinión y decida regresar a la pasarela.