La tecnología le permite a Raquel Rodríguez mantenerse en contacto con la Fundación Narices Rojas, desde Los Ángeles, Estados Unidos, donde reside. Mediante el Skype mantiene reuniones y hasta hace ajustes a la obra Watairooo... fuerza clown, que este 8 de abril volverá a escena en la sala experimental del Teatro Centro de Arte.

Raquel fundó el grupo de apoyo hospitalario hace diez años. En junio será el festejo, pero ahora están remontando esta obra que ha recorrido Quito, Cuenca, Guayaquil y Mendoza (Argentina), desde el 2012 con más de 40 presentaciones.

Aunque desde noviembre pasado la clown ecuatoriana reside en Estados Unidos, su nexo con la fundación se mantiene, más allá de que, señala, hay una directora ejecutiva y los miembros, que siguen trabajando en Guayaquil. Y dentro de esa labor, las payasas Taty Tamay y Mirella Cercado buscan con Watairooo... fuerza clown contribuciones para el programa de payasos humanitarios que visitan cada mes a 4.000 personas en el hospital Francisco de Ycaza Bustamante, dice Rodríguez.

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La también actriz ecuatoriana vive otra etapa. Afirma que aunque pensó que no se casaría, después de tres años de una relación a distancia, en la que sumando días no habría visto más de 4 meses a su novio, Sebastián Gendry, él le propuso matrimonio y hoy tiene la familia que soñó. “Y tengo un hijo”, cuenta casi gritando al referirse a Julián (13), hijo de su esposo.

Sebastián Gendry trabaja un método de bienestar y alegría. “Trata de lo mismo, yo trabajo con una nariz roja, él trabaja sin eso, pero es la misma forma de llegar a la gente, concientizando, diciéndole que aprovechen cada minuto de su vida, que el pasado es pasado, que el futuro no está, que solo tenemos el hoy (...) que uno decide si se amarga o no”, recalca.

Y en Estados Unidos Raquel también quiere sembrar Narices Rojas. Piensa que máximo hasta inicios del próximo año podrá tener sus papeles en regla para “hacer legalmente la organización y funcionar”.

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Por ahora es voluntaria en el Huntington Memorial Hospital, donde le permiten hacer visitas una vez por mes y solo al área de niños. Además, está terminando su último módulo en la escuela de payasos de Los Ángeles.

Eso no es todo, en The Clown School, de mayo a junio, va a dictar un taller para personas de habla hispana. “Imagínate la oportunidad, estoy supercontenta porque ese mercado no ha sido abierto y, bueno, han confiado en mí y voy a dar el primer taller de clown de habla hispana por primera vez en la historia de esa escuela”, relata (I)

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El 8 de abril van a disfrutar de dos payasas maravillosas que estarán en escena entregando lo mejor de su nariz... Ayudar está en la punta de tu nariz”.