“Ricardo Pita, un artista diferente que se nutre del blues, swing jazz, polka y a veces del rock, presentó su álbum Amuleto en la sala Zaruma del Teatro Sánchez Aguilar con el público, en gran medida, de pie, al estilo hippie, con absoluta libertad de movimiento.

En un lleno total se presentaron Rubén Burgos en voz y batería, David López en bajo y voz y Giovanni Fernández en guitarra, teclados y voz como la banda básica, a la cual se sumarían los instrumentos de viento: saxo, trompeta y trombón, así como acordeón, cello y violín y una corista virtuosa.

El ciclo que dice “Todo nace, crece, se desenvuelve y muere” arrancó el concierto como un rock-funk con letra folk, introspectiva, representativa de este cantautor, seguida por Libertad, un rock ultrarrápido, con efectos de sonidos vocales, y luego Amuleto, canción principal de su nuevo álbum con melodías orquestadas más allá del folk, y utilizando al violinista invitado.

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El ritmo de polka entusiasmó al público que abarrotaba la sala Zaruma, cuando tocaron La negrita con verso romántico, un sonido autóctono, folk y el violinista, ahora sí, en primer plano.

El elemento fue un blues muy bien cantado por Pita y apoyado con gran sentido estético en teclados, que entusiasmó al numeroso y heterogéneo público.

Nuevamente, a ritmo de polka, hicieron Todos son, de orientación familiar, para señalar lo inclasificable del artista. Siempre marchando de frente empezó lenta y la Pepa, acordeonista invitada, demostró un talento sensacional al convertirlo en una salsa fina, de ritmo irresistible con total naturalidad. Un talento de peso. Asimismo, Cristina Alcívar subió a cantar, con excelente voz, pero sin oportunidad para mostrar su evidente talento vocal.

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Los espectaculares videoclips se sucedían en la pantalla con imágenes reales y creadas en formas geométricas, finalmente mostrando a Ricardo como una especie de Shaman.

Al estilo de un consejo para una sesión de ácido contemplativo tocaron Solo deja fluir, y el violín destacó con A dónde vas, sobresaliendo mucho feeling en esta balada muy fina.

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El jornalero combinó un final ruidoso, a ritmo de polka con letra que dice: “Todos en la vida van llorando cuando saben que se va a acabar”.

Los vientos estuvieron espectaculares al final en Lo que hice ayer, una extraña y poética balada, y Las cenizas resultó lo mejor de la noche con un coolswing jazz bien cantado por Ricardo Pita.

Finalmente, La monedita dedicada a aquellos que viven debajo de un puente diciendo: “Toma, flaco, para que te compres algo” dejó en claro la conciencia social puntual del artista y cantautor. (O)

Los espectaculares videos se sucedían en la pantalla con imágenes reales y creadas en formas geométricas finalmente mostrando a Pita como una especie de Shaman”