Guayaquil no es ajena a él. Allá por los ochenta ya venía al Ecuador por los diversos compromisos diplomáticos que debía cumplir, pues era el vicepresidente de Nicaragua durante el primer mandato de Daniel Ortega. Luego de su retiro de la política siguió visitando el país, pero ahora sus viajes a este lado de la región eran por asuntos literarios, mundo con el que Sergio Ramírez ya se había involucrado desde muy joven.