Su pasión por la historia lo llevó adentrarse en el desarrollo de un libro en el que se recoge la correspondencia íntima del expresidente ecuatoriano José María Velasco Ibarra. Editor de la publicación Análisis Semanal y también columnista de la revista Vistazo, Alberto Acosta-Burneo conversa con este Diario sobre su obra Pasiones de juventud, que ya se encuentra en todas las librerías Española del país; y próximamente estará en Mr. Books y Librimundi.

Pasiones de Juventud es su nueva obra. ¿De qué se habla en este libro?

De la juventud de José María Velasco Ibarra, de cómo se formó su pensamiento político y cómo influyó su círculo de amigos y parientes. A diferencia de otras biografías, esta se enfoca exclusivamente en el periodo de formación de Velasco Ibarra hasta 1922, cuando terminó su carrera universitaria y se graduó de doctor en Jurisprudencia.

Publicidad

¿Qué le cautivó de este personaje?

Velasco Ibarra fue político que despertó pasiones extremas. Sus detractores incluso lo calificaron de loco o inconsecuente. Fue necesario adentrarse en su pensamiento político para desentrañar las aparentes contradicciones. Esto implicó alejarse del tradicional conflicto entre conservadores y liberales. Los conservadores se oponían férreamente a cualquier cambio del statu quo. En la otra orilla estaban los liberales que deseaban desmontar ese mundo tradicional a través de un cambio abrupto en la sociedad ecuatoriana. Velasco Ibarra no comulgó con ninguno. Se adhirió a una tercera vía que reconoció que los cambios en la sociedad no podían ser detenidos.

¿Cómo fue adentrarse en su personalidad y pensamiento?

Publicidad

Explicar la formación de su personalidad y pensamiento requirió penetrar en su círculo íntimo de amigos y parientes. Por azar, encontré un paquete de cartas en un resquicio oculto en el escritorio de mi abuelo, quien había fallecido pocos años antes. Se trataba de la correspondencia secreta entre Velasco Ibarra y su círculo íntimo entre 1921 y 1922. Estas cartas se reproducen en este libro en su totalidad. El relato, que pudo haber quedado en el olvido, corresponde a un matrimonio frustrado del joven Velasco Ibarra con una dama quiteña que terminó en un “primer exilio” en Guayaquil.

El amor, el exilio, los ideales políticos se reflejan en estas cartas. ¿Qué develó su correspondencia?

Publicidad

La importancia de estas cartas, más allá de lo anecdótico de ese matrimonio frustrado, es que constituyen un punto de quiebre en la vida de Velasco Ibarra. Mientras estuvo en Guayaquil, recibió consejos de allegados y parientes sobre el camino que debía adoptar en la vida. Tuvo tiempo para analizar cómo darle sentido a su vida. Además, estas cartas reflejan el pensamiento de la sociedad ecuatoriana de la época: sus preocupaciones y anhelos.

¿Cómo marcó la carrera política de Velasco Ibarra los hechos que surgen de estas correspondencias entre él y su círculo íntimo?

La distancia del autoexilio en Guayaquil le ayudó a escoger el tipo de vida que deseaba. A la época, Guayaquil era un puerto pujante en el comercio, existían grandes fortunas relacionadas con la agroexportación. Sin embargo, el “materialismo” porteño no era lo que buscaba. Sabía que, a su regreso a Quito, tenía la opción de retornar al Ministerio de Educación a su puesto como funcionario público, que tampoco quería. (F)

Las cartas inéditas abrieron la puerta a un mundo íntimo del joven Velasco Ibarra: sus dudas, miedos y luchas. Fue como abrir una puerta en el tiempo que me permitió ver hechos sucedidos hace casi un siglo.