Por Sergio Pérez

“Carlos Prado como bandleader y flautista reunió a Alejandro Cañote en la guitarra, Luis Izurieta en el piano, Luis González en congas, Javier López en batería y Glen Falcones en el bajo eléctrico para tocar un jazz latino muy amplio y libre en el Teatro Experimental del Teatro Centro de Arte.

Con Serrado empezaron teclados solemnes para luego entonar música latina muy bailable con la flauta de Carlos y un guitarreo bellísimo de Cañote imprimiendo una energía irresistible al programa. Mientras se llenaba la sala entonaron Luna latina con teclados netos de música latina y el sabroso bajo eléctrico de Glen Falcones cambiando la velocidad, mientras Carlos Prado saludaba al público.

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Con adornos en la flauta Carlos entonó una versión convencional de El cóndor pasa, para luego dirigir un medley con los pasillos El alma en los labios y El aguacate, que con piano y flauta resultó íntimo, de una belleza melódica exquisita, quizá lo mejor del recital, en absoluto inolvidable.

Mañana de carnaval fue una samba alocada con lo mejor de Prado en flauta, tremendísimo en el piano y Astrid Achi ofreciendo un hermoso canto lírico en registros medios acompañada por un inspirado Carlos Prado.

Con interpretación libre y literal hicieron el famoso bolero Sabor a mí con toda la banda, destacando la flauta con pinceladas melódicas y unos teclados de igual categoría, rítmica y lírica, para una interpretación amplia de la canción.

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Con una versión irreconocible de Blackbird de los Beatles llegaron a Café cubano y Carlos Prado tocando fuera del escenario para dirigir una charanga del más puro sonido latino. El virtuoso Alejandro Cañote tomó el requinto para entonar un medley de Cuando llora mi guitarra de George Harrison y el famoso pasillo Fatalidad aderezado con la flauta melancólica de Carlos Prado, cada vez tocando en forma más impactante.

Giselle Villagómez cantó Que te pedí con dramático tremendismo vocal y una flauta que divertía al público.

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Prado utilizó un ritmo delicado y sinuoso en flauta para Miami Beach Rumba y la guitarra elocuente de Cañote, pero al eximio guitarrista Héctor Napolitano, invitado a tocar 2 gardenias, le tocó una guitarra chillona realmente impresentable. ¡Qué lástima! (O)

Con adornos en la flauta Carlos entonó una versión convencional de ‘El cóndor pasa’, para luego dirigir un medley con los pasillos ‘El alma en los labios’ y ‘El aguacate’ que con piano y flauta resultó íntimo, de una belleza melódica exquisita, quizá lo mejor del recital, en absoluto inolvidable.Sergio Pérez, Crítico