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JINJA, Uganda.- Caroline Aya jugaba frente a su casa en enero cuando un vecino le tapó la boca con un trapo y se la llevó.

Días después, el cadáver de la niña de 8 años fue encontrado a unos pasos de distancia, sin lengua. La policía cree que fue ofrendada como sacrificio humano en un ritual infanticida, con la idea de que puede generar riqueza o salud.

El sacrificio humano es una práctica que aumenta en Uganda, según las muertes rituales en que algunas partes del cuerpo, con frecuencia rasgos faciales o genitales, son cercenadas para utilizarlas en ceremonias.

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El número de las personas asesinadas para rituales subió el año pasado a un nuevo máximo de al menos 15 niños y 14 adultos, muy por encima de los tres casos del 2007, de acuerdo con la policía. El recuento informal es mucho más elevado _154 sospechosos fueron detenidos el año pasado y 50 enjuiciados por muertes rituales.

Los menores son víctimas particularmente comunes, indicó el Departamento de Estado de Estados Unidos en un reporte reciente. Estados Unidos gastó 500.000 dólares el año pasado para entrenar a 2.000 policías ugandeses en la investigación de delitos relacionados con el tráfico de personas, incluidas las muertes rituales.

El problema es tan grave que la policía estableció el año pasado un Grupo Especial Contra el Sacrificio Humano. En carteles colocados en los muros de estaciones de policía aparece un extraño siniestro que persuade a dos niñas para meterlas a un automóvil. Arriba, con letras remarcadas, se hace un llamado a los padres para  Evitar el Sacrificio de Niños.

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Los sacrificios humanos han sido registrados en la historia y todavía ocurren en muchos países, como la India, Indonesia, Sudáfrica, Gabón y Tanzania. Un curandero tradicional en Uganda, consultado sobre el fenómeno, remitió a un relato en el Génesis de la Biblia, cuando Dios le pidió a Abraham que sacrificara a su hijo.

Sin embargo, el aumento de los sacrificios humanos en Uganda se origina al parecer en el anhelo de riqueza o en la creencia de que sustancias elaboradas con órganos humanos puede atraer bienes en abundancia, estima el jefe del grupo especial, Moses Binoga. Esas ideas podrían ser alentadas por una oleada de películas nigerianas violentas que son cada vez más populares, y que retratan una trama repetida: Una familia cosecha riquezas después de sacrificar a un humano.

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"Yo lo llamo un problema de desorientación psicológica", dijo Binoga. "La gente se desorienta. La gente deja de tenerle respeto a la humanidad y cree más en el valor del dinero y en la llamada buena fortuna, y pierden ese respeto social natural por la gente".

Los sacrificios están también relacionados con una profunda creencia en los curanderos tradicionales, o hechiceros, que pueden ser encontrados fácilmente en Uganda.

El curandero tradicional Livingstone Kiggo, de 60 años, dijo que el sacrificio forma parte del aparejo del curandero, pues sacrificar una cabra, oveja o gallina es considerado como una invocación a los espíritus, a los ancestros de la población. Pero matar humanos no forma parte de la práctica, aseguró Kiggo.

Señaló que las muertes en sacrificios son cosas de personas que  quieren destruir la obra de los curanderos tradicionales.

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"Esos son asesinos. No son curanderos. Son asesinos", dijo.

Kiggo relató que en el 2008 un hombre le ofreció venderle un niño. Kiggo fue con la policía, que montó una operación y detuvo a un hombre que intentaba vender a su sobrino por 2.000 dólares. La policía y activistas refieren varios casos en que padres o parientes pobres han tratado de venderle niños a hechiceros para hacerse de dinero.

Los habitantes de Jinja han conocido tres presuntos casos de sacrificio de niños en los últimos meses, incluyendo la muerte de Carolina. Binoga sostuvo a principios de febrero una reunión con unos 500 pobladores.

Muchos se quejaron de corrupción policial, investigaciones lentas y escasas declaraciones de culpabilidad de las aletargadas cortes del país. De unas 30 personas acusadas el año pasado de muerte ritual, ninguna fue hallada culpable. La anterior declaración de culpabilidad data del 2007.

Shafik, de 12 años, estuvo a punto de ser degollado hasta que la hechicera vio que estaba circuncidado. Los hechiceros creen impuros a los menores con circuncisión o perforaciones estéticas, indicó Mawa. Por tanto, algunos padres llevan a sus hijos a hacerse perforaciones o la circuncisión.