SANTIAGO, Chile

¿Usted sabía que dependiendo de la edad de los niños en los hogares ecuatorianos (6 a 9 años o 10 a 18) el tipo de equipamiento, las horas de uso, lugar de consumo de tecnología y presencia de los padres, cambia? Preguntas claves como el ¿cómo usan y valoran los niños y los adolescentes ecuatorianos a las tecnologías de la información y de la comunicación y cuál es su impacto en el ámbito escolar y familiar?, son algunas de las claves que el estudio denominado ‘Generación digital’, recién publicado por el Minitel intenta responder.

De acuerdo al Minitel, en el 2010 la media de penetración de la computadora en los hogares ecuatorianos era del 27%. Lo que este nuevo estudio nos muestra es que en hogares con niños menores, el porcentaje aumenta a un 49% y con adolescentes aumenta a 54%. De cierta forma la presencia de niños es un catalizador para que en los hogares se priorice la presencia de estas tecnologías.

Pero más allá de las conexiones, algunos resultados que inquietan tienen que ver con el uso cada vez más individual y solitario de estos medios (en especial internet sobre el cual me voy a detener en esta columna). A pesar de que los padres y adultos dicen estar presente, la opinión de los niños es contraria, ya que los niños entre 6 y 9 años declaran en un 37% navegar y usar la computadora sin la presencia de adultos. Junto con ello, están las nuevas formas de adaptarse a los espacios, el concepto de ubicuidad, es decir estar 100% conectado y casi omnipresente tecnológicamente, permite entender que el espacio de estudio, de juego, de conversación sea uno solo sin mayores distinciones y por tanto, pone en jaque la forma tradicional de entender esos espacios.

Los precoces internautas usan intensivamente las herramientas que internet les ofrece, el estudio muestra, por ejemplo, que los niños antes de los 9 años en un “49% utiliza internet para visitar páginas web, un tercio comparte fotos y videos, el 14% tiene correo electrónico y algo más de una décima parte se inicia en el uso de las redes sociales”, todas estas habilidades muy importantes para los denominados aprendices del nuevo milenio. El punto de inflexión está en cómo esas habilidades, necesarias en una era altamente digital, se usan y enrumban para fines educativos y de destrezas sociales claves. Aquí el rol del profesor parece decaer cada vez más, porque apenas un 38% reconoce que sus profesores sí usan y recomiendan como útil internet. Sin duda una desconexión abrumadora, porque los que deben hacer de puente son los profesores, y a la luz de los encuestados son pocos los que estimulan el uso de estas tecnologías, siendo que un 84% reconoce utilizar internet como herramienta de estudios.

Hay que destacar que este tipo de estudios se agradece, no solo por la pertinencia, por la centralidad del tema, sino porque además es un estudio muy representativo (2.000 colegios participantes en Ecuador).

Adicionalmente, intenta poner en perspectiva al Ecuador con otros países de Iberoamérica, lo cual es un gran paso para dejar de mirarnos el ombligo. Ojalá padres, profesores, directivos y tomadores de decisiones profundizaran más sobre estos datos y dejáramos de especular sobre esta generación que está hiperconectada.