EFE
ROMA.- La cineasta ecuatoriana Tania Hermida presentó hoy, dentro de la sección infantil y juvenil del Festival Internacional de Cine de Roma, el largometraje "En el nombre de la hija", un filme que critica el pensamiento dogmático y que defiende "la construcción de la personalidad en un contexto libre".

La cinta, que está ambientada en los años setenta, plantea el conflicto personal de una niña de nueve años, Manuela, que siempre ha recibido una educación atea y socialista de sus padres y que tiene que pasar las vacaciones de verano junto a sus primos, en la casa de campo de sus abuelos, muy católicos y tradicionales.

La pequeña, defensora a ultranza de los ideales de su padre, se enfrenta con las creencias de su abuela, que está obsesionada con que Manuela es un nombre masculino y que no parará hasta bautizar tanto a su hermano pequeño como a ella, a la que llamará Dolores, por ser el nombre femenino más común en la familia.

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La irrupción en escena del tío Felipe, un esquizofrénico que la familia esconde encerrado en una habitación, enseñará a Manuela la importancia de pensar por uno mismo y de construir su personalidad sin tener en cuenta las directrices marcadas por los demás.

"La película demuestra cómo la identidad personal es algo que se construye, y no algo que se hereda: no te la impone nadie, ni tampoco es un legado, tienes que crearla tú", afirmó hoy Hermida en una entrevista con Efe.

La cineasta ecuatoriana, que en 2006 dirigió el largometraje "Qué tan lejos", precisó que lo que propone con esta película es "profanar los símbolos sagrados" para conquistar así la libertad personal del individuo y alejarse del pensamiento establecido.

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"Los dogmas, sean cuales sean, nos obligan a no seguir pensando", recalcó Hermida, quien explicó que solo superando estas cuestiones establecidas se puede "ir más allá".

Durante la entrevista, la directora, de 43 años, reconoció que el filme tiene muchas referencias autobiográficas y confesó que, aunque en un principio pensaba que su infancia había sido "muy rara", muchos ecuatorianos la han llamado después de ver la película para comentarle que se sienten identificados con la confrontación de ideales entre padres socialistas y abuelos católicos.

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"Un hombre me llamó durante una entrevista radiofónica para decirme que su caso era todavía peor que el que yo cuento en la película, porque su padre le había llamado León Trotsky y su abuela le había bautizado como Rafael María", comentó entre risas la ecuatoriana.

Hermida explicó que, como Manuela, ella aprendió a construir su propia personalidad, pero subrayó que en su experiencia "nunca hubo un tío esquizofrénico".

De hecho, apuntó que el papel de Felipe como llave que permite a Manuela darse cuenta de que debe ser ella misma es "una solución trágica para poder entender que, en la vida real, la ficción puede ayudar a superar la realidad".

El reparto de la cinta está compuesto, en su mayoría, por niños de entre seis y doce años que no tenían experiencia previa como actores, y, en el caso de la actriz que interpreta a Manuela, Eva Mayu, "ha sido todo un descubrimiento".

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Es un pensamiento que comparte el presidente de la sección juvenil "Alice nella citt (Alicia en la ciudad") del Festival de Roma, quien ya dijo en la presentación del certamen que la interpretación de esta niña dejaría a muchos "con la boca abierta".

"Como en Ecuador la industria del cine es prácticamente nula, buscar niños para la película supuso empezar de cero. Tuvimos que elegir entre más de 1.500 pequeños y, una vez escogidos los protagonistas, ensayar y ensayar con ellos", contó la cineasta ecuatoriana.

Hermida señaló que actualmente no se encuentra trabajando en ningún otro proyecto, ya que prefiere descansar después de haber dirigido y escrito "En el nombre de la hija", una película que la mantuvo ocupada durante los últimos tres años.