Las molestosas bolas de pelos suelen ser más frecuentes en gatos que en perros. Aquellos felinos de raza de pelo semilargo o largo (como los himalayos o persas) son los más proclives a generar este peludo tumulto en sus estómagos, ya que –como todo gato– lamerse el pelaje es su hábito común de limpieza diaria.

En el caso de los canes, dice Ángel Cabrera, veterinario y catedrático de la Universidad Agraria, la formación de estas bolas se da más bien por efecto de agentes extraños sobre la piel del animal o heridas que provocan que este se lama permanentemente.

Aunque la formación de estas bolas en el organismo es normal, deja de serlo cuando no son eliminadas espontáneamente, o sea por las heces o por el vómito, afirma el veterinario Álvaro Carrascal. El tamaño de estas se da acuerdo a la cantidad de ingesta de pelos por parte del felino. “Se convierten en peligrosas cuando por algún motivo no las expulsan ya que pueden llegar al intestino delgado y producir una obstrucción intestinal que habrá que resolver quirúrgicamente”, añade Carrascal.

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Para evitar que sus compañeros, en especial los gatos, sufran esta molestia es recomendable cepillarlos mínimo tres veces por semana para eliminar la mayor cantidad de pelos sueltos, recomienda el médico veterinario Fabricio Zamora.

Es preferible que este buen hábito sea aplicado al minino desde temprana edad, para que se acostumbre, poco a poco, y no le resulte una ‘sesión de spa’ incómoda en su adultez. El cepillo (de acuerdo a la longitud del pelo) debe ser utilizado, primero, en el sentido contrario al que crece el pelaje de la mascota para retirar los pelos muertos. Después de este paso, puede peinar normalmente.

Es recomendable que al terminar el cepillado pase una toalla o trapo húmedos para retirar los residuos de pelaje muerto. Puede optar también por un guante de cerdas. Su felino sentirá que usted lo acaricia, aun cuando lo está peinando.

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Es importante que la dieta del animal sea alta en fibras con una comida balanceada adecuada u otros alimentos que contengan trigo y avena para facilitar la expulsión de las bolas, más aún si su compañero vive junto a usted en un departamento y no tiene acceso a comer ciertas hierbas, las cuales lo ayudan en la eliminación natural del problema.

En los felinos de avanzada edad hay que tener más cuidado, subraya Carrascal, pues tienen una digestión más lenta y son más propensos a que las bolas de pelos afecten su salud. Esto podría agravarse por el estrés, por lo que su mascota debe vivir en un ambiente relajado.

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Zamora explica que no son frecuentes las intervenciones quirúrgicas por obstrucción intestinal a causa de los pelos. No obstante, cuando la oclusión se da por la presencia de otros cuerpos extraños el mal que se detecta suele agravarse, justamente por la presencia excesiva de pelaje.

Es importante mantenerse alerta ante el comportamiento de su mascota y notar si la formación de bolas de pelos ha disminuido o no se ha dado por un tiempo. Si nota que su amigo tiene malestar general, dolor estomacal, pérdida del apetito, entre otros síntomas, entonces debe llevarlo adonde un especialista. Asimismo, cuando note que la expulsión ya no se da de manera natural, puede recurrir a productos con efectos laxantes, manifiesta Cabrera.

Estas bolitas son casi inevitables, pero puede estar prevenido. Conozca a su mascota.