En las últimas horas el mundo se horrorizó de Luis Suárez. Su mordiscón a Giorgio Chiellini reventó las redes sociales. Millones piden su cabeza, gente clamando para que lo sancionen por dos años, que lo echen de la Copa, ¡periodistas de prestigio que lo han llamado antropófago…! Le han dicho caníbal, vampiro y cientos de barbaridades más en pudorosos editoriales. ¡Cuánta hipocresía…! Parece todo muy exagerado. Desde luego Suárez no estuvo bien, pero la suya fue más una bronca de momento, más una reacción nerviosa que una maldad. Chiellini no va a morir por ese mordisco ni está herido ni tendrá convalecencia. Ni sangre le salió. Siguió jugando sin problemas. Peor es un codazo que rompe una nariz, una plancha que fractura una tibia o corte un ligamento. Chiellini logró un cometido: tapar la eliminación con el mordisco. El derecho hace mucho hincapié en el daño inferido. Aquí no lo hubo.