Sucedió el sábado anterior en Argentina. Jugaban Vélez Sarsfield y Arsenal de Sarandí en Liniers. En una jugada en el área del segundo, van a la pelota el atacante velezano Mariano Pavone y el zaguero colombiano Rosero Valencia; hay una mano intencional; el juez FIFA Germán Delfino sanciona penal y muestra tarjeta roja al defensor. Protestas airadas, discusiones, finalmente el expulsado se va al camerino. El árbitro duda y pasa un minuto, dos, tres…

En eso sale como eyectado, desde el banco de suplentes hacia el campo, Roberto Abbondanzieri, asistente técnico de Martín Palermo en Arsenal, y a los gritos le avisa a Delfino que fue al revés, mano de Pavone, que no lo haga patear. Evidentemente, algún amigo o familiar estaba viéndolo por televisión y le avisó por celular. Más cabildeos… Finalmente el juez cambia su decisión: anula el penal, saca amarilla a Pavone y manda a buscar al vestuario a Rosero Valencia, que reingresa (increíblemente, cerca del final lo expulsaron de nuevo, o sea que tiene un récord: lo echaron dos veces de un partido). Luego de diez minutos se reanuda el juego.

Al parecer, el cuarto árbitro vio la jugada en un costado de la cancha en el monitor de un camarógrafo de la televisión y confirmó los dichos de Abbondanzieri; era al revés. Fue una comedia de enredos, un escándalo del que se debatió harto. Muchos acusaron al juez de transgredir las normas, dado que le está prohibido recurrir al video para hacer su trabajo. Pero está claro que le informaron de su grave error y lo remendó. Él puede apoyarse en sus colaboradores, sin embargo durante varios minutos estos no le dijeron nada, por lo cual no hay dudas: le soplaron al cuarto árbitro y este pasó el dato a Delfino.

Publicidad

¿Qué importa más, la prohibición o el acto de justicia…? Para no caer en esa disyuntiva, lo mejor es liberar el candado que impide el ingreso de la tecnología. En el mismo cotejo Vélez-Arsenal quedó demostrado que volver a ver la jugada por televisión demanda apenas un minuto. Hay tiros libres que tardan dos y hasta tres minutos en ejecutarse, arqueros que demoran una eternidad en poner en juego el balón cuando sale por línea de fondo. Invertir 60 segundos en reparar una injusticia es mil veces más grato que gastarlos en demoras estériles.

El caso cobra más importancia porque estamos viendo a diario equivocaciones muy serias de los jueces en todo el mundo. Pocos meses atrás, el silbato colombiano Ulises Arrieta convalidó un gol con la mano –evidentísima– que sirvió para darle el ascenso al Cúcuta a primera división.

Hace un mes, Independiente Santa Fe (de Bogotá) perdió por un error insólito: el réferi señaló tiro libre indirecto para Once Caldas, el ejecutante pateó directo, la bola entró al arco y Gustavo González, el colegiado, dio gol. Olvidó que había marcado indirecto; pudo haberse rectificado, pero ninguno de sus asistentes se percató tampoco.

Publicidad

“Los errores arbitrales son parte del juego”, declaró el presidente santafereño César Pastrana, muy diplomático. Pero, si se pueden corregir, ¿para qué persistir en ellos…? No se puede estar rezando para que no se equivoquen. Desde luego, fallar es humano, por ello hay que buscar soluciones para reducir al mínimo este problema. El fútbol debe decidirse por mérito deportivo.

Cada día se escucha o se ve un episodio más insólito que el otro.

Publicidad

Dos días después del suceso de Vélez Sarsfield-Arsenal, Maxi Rodríguez, de Newell’s Old Boys, cabeceó al arco con el guardameta ya vencido; un defensa de Unión de Santa Fe, sobre la raya, le dio un manotazo y salvo el gol. Lo vio el país, menos el árbitro Mauro Vigliano y sus colaboradores. No pasó a mayores porque Newell’s ganó igual.

Esta semana, en el juego ante Libertad, le expulsaron a Barcelona a Matías Oyola por doble amarilla. Ninguna de las dos estuvo bien aplicada. El juez peruano Víctor Carrillo dejó a Barcelona con diez en el minuto 54 cuando buscaba ganar para seguir en la Copa. Jugó mal el cuadro amarillo en esta Libertadores, y su eliminación se explica por ello, pero no tuvo suerte con los arbitrajes. Ante Atlético Nacional de Medellín ganaba 1-0, marcó un segundo tanto perfecto a través de Ismael Blanco y el chileno Enrique Osses se lo anuló a instancia del banderín. Se ponía 2-0, terminó perdiendo 2-1.

La UEFA acaba de anunciar que ordenó repetir los segundos finales de un partido de fútbol femenino por el craso error de una jueza alemana (Matija Kurtes), durante el juego entre Inglaterra y Noruega. En el minuto 94 hubo penal para Inglaterra, que perdía 2-1. El tiro desde los doce pasos fue gol, pero hubo invasión del área de otra jugadora inglesa y la jueza, en lugar de hacer repetir el disparo, marcó falta a favor de Noruega. Que se haga repetir el penal es un buen síntoma.

No se puede permitir que personas que ignoran el reglamento decidan quién avanza en un torneo y quién no. Esto será un antecedente fuerte para el futuro. Y se suma al clamor de que se debe hacer algo con las metidas de pata arbitrales.

Publicidad

Las patadas violentas sin sanción, o apenas con una amarilla, se repiten en todos los torneos.

Son demasiados errores, muchos grotescos. El juego está siendo muy rápido y dinámico, y muchas veces los jueces no alcanzan a ver bien las jugadas. No podemos caerles por todo, hay que ayudarlos a cumplir con mayor eficiencia su tarea, evitarle papelones en los que después ni la mujer los mira bien al volver a casa. Debe permitirse una instancia de consulta, para algunos casos con sus auxiliares, para otros más complicados recurriendo al video. Pero también los jueces pueden hacer algo por ellos mismos y pedir a la FIFA la ayuda del video. ¿Son mudos los árbitros…?

En su última reunión anual, el International Board debatió el tema y consideró que aún no ha llegado el momento para la tecnología, y que se deberá estudiar mucho el tema porque su aplicación podría tener consecuencias muy serias para el desarrollo del fútbol. Pero hay que tomar la decisión, ir en ese rumbo.

Con las fallas actuales ya está habiendo consecuencias muy serias. (O)

Si se pueden corregir los errores, ¿para qué persistir en ellos…? No se puede estar rezando para que no se equivoquen los árbitros. Hay que buscar soluciones.