Antes de que se disputara el último partido de la segunda etapa entre Guayaquil City y Aucas, en el que los orientales se jugaban un cupo para la Copa Sudamericana 2022 y los ciudadanos el permanecer en primera categoría para la próxima temporada, una orden impedía al cuadro porteño jugar en el estadio Christian Benítez, reducto donde hace de local. Por no haber saldado una deuda a tiempo, Fernando Villacís, de la Secretaría Técnica de Gestión Inmobiliaria del Sector Público, no permitía que el City jugara en el Chucho Benítez. Esta situación generó descontentos en el interior de la directiva ciudadana, que a través de su presidente, Iván Mendoza, sostuvo que la entidad estatal solicitaba el pago de “otras cosas que no estaban en el convenio”.