Uno de los propósitos de la Federación Ecuatoriana de Tenis para 1987 era regresar al grupo mundial de la Copa Davis, espacio perdido el año anterior. Se inició la temporada con un triunfo (5-0) de local ante Bolivia en la Davis. Así, en julio correspondió visitar a Canadá, por las semifinales de la Zona Americana. Los organizadores escogieron como sede el estado de Alberta, en Edmonton, en el noroeste de Canadá, reconocida como una ciudad tranquila, rodeada de grandes bosques. Entre sus atracciones estaba el recién inaugurado West Edmonton Mall, considerado uno de los más modernos del mundo.

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Viajamos con Miguel Martín Ycaza a cubrir la serie para radio Caravana y nos encontramos con José María Tucho Guerrero, que iba a transmitir para CRE. Lo agradable es que hallamos en Edmonton a unos quince compatriotas que fueron en un tour organizado por Hugo Marín; y, además, con una docena de ecuatorianos radicados en ese sector de Canadá. Como presidente de la delegación fue Antonio Gómez Santos, miembro de la FET. También acompañaron al grupo la madre de Andrés Gómez (Vicha Santos de Gómez) y Juan Paulson, prestante dirigente del Guayaquil Tenis Club.

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El equipo ecuatoriano estaba conformado por Andrés Gómez, Hugo Núñez (reemplazante del lesionado Raúl Viver), Ernesto Lingen y Martín Aguirre, y como capitán Ricardo Ycaza. El escenario era el estadio de la Universidad de Alberta y la superficie de la cancha era de cemento.

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El sorteo se lo realizó el 23 de julio. El árbitro central era el estadounidense Peter Kasavaga. El equipo canadiense estuvo integrado por Glenn Michibata (número uno), Andrew Sznajder (dos), Mark Greenan (tres) y Grant Connell (cuatro), y como capitán John Manus.

El viernes 24 de julio de 1987, Hugo Núñez hizo su debut jugando como singlista por la lesión de Viver y realizó un excelente partido, muy disputado. Sznajder ganó 8-6, 6-4, 8-6 y consiguió el primer punto para Canadá. La raqueta tricolor número uno, Andrés Gómez, era jugador muy conocido en Canadá y admirado por su trayectoria, y llegaba con un alto nivel. Días atrás había ganado en Forest Hills, donde derrotó a Boris Becker y en la final al francés Yannikc Noah.

Los almacenes de artículos deportivos mostraban grandes banners de la marca Yonex con la imagen de Gómez. El compatriota ingresó a la cancha con el apoyo de la barra ecuatoriana, que hacía flamear la bandera nacional. Ese 24 de julio, las tribunas desmontables estaban casi llenas. Andrés fue contundente y ganó a Michibata en tres sets: 6-1, 6-4, 6-2.

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El sábado 25 de julio, antes del juego de dobles entre Gómez y Núñez contra Connell y Greenan, hubo una ceremonia de inauguración muy atractiva que incluyó la actuación de bailarines con trajes clásicos de la región y asimismo danzantes que lucían trajes andinos, en honor a nuestra cultura.

Había un buen sol, aunque se nos había comunicado que ese día se pronosticaban vientos fuertes en la zona del estadio. En vista de que nos ubicaron en el segundo piso de una estructura de tubos de unos diez metros de altura, con piso de madera, por supuesto que con los fuertes vientos se movía, lo que creó zozobra en quienes transmitíamos los partidos, incluyendo a los colegas de la televisión canadiense.

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El compromiso resultó muy parejo. Los canadienses siempre atacaban al juego de Núñez, pero Andrés se encargaba de neutralizar esa ventaja. El duelo complicado lo ganó la dupla tricolor por 7-5, 7-9, 6-4 y 6-1 para poner la serie con Canadá 2-1 a favor.

El domingo 26 de julio de 1987, desde las 12:00, había esperanza en que Hugo Núñez nos diera la clasificación, ya que había jugado bien el viernes en singles, mas no fue así. Michibata, aunque perdió el primer set 6-8, dominó el partido. Núñez se esforzó mucho, pero su juego de net no resultó. El canadiense merecidamente igualó la serie a dos, al ganar el partido 6-8, 6-3, 6-2, 6-2.

Domingo 26 de julio, 15:00. Los aficionados canadienses, a esas alturas de la serie, estaban muy entusiasmados. Repletaron el escenario y no dejaban de alentar a su equipo. Sznajder había demostrado ser un tenista que hablaba y gesticulaba mucho, que siempre buscaba a la barra y celebraba sus puntos más importantes dando media vuelta a su cancha.

Este partido que iba a definir la serie estaba cargado de emociones. Gómez salió entre la rechifla del público canadiense y tan solo se escuchaba la barra ecuatoriana cuando los dueños de casa callaban. El juego arrancó muy parejo y así se mantuvo durante su posterior desarrollo. Punto a punto era disputado como si fuera el que definía el match. Mientras mejor jugaba Gómez, su rival subía más su nivel. El primer set lo ganó el canadiense 6-4, ante la euforia de su público.

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Tanto en el segundo como en el tercer set las acciones fueron muy equilibradas. No se cansaba el canadiense de atacar, mientras Gómez contrarrestaba ese juego con lobs ofensivos y bolas profundas. El ecuatoriano ganó los dos sets siguientes por 6-4 y 6-4. Los ánimos de los espectadores subieron de tono por los continuos reclamos que hacía Sznajder a los jueces de línea.

Triunfo de Andrés Gómez

En el cuarto set, el canadiense, en un partido que se interrumpía cada vez más –porque hubo dos o tres decisiones del juez de silla que fueron fuertemente reclamadas por el capitán Ycaza–, era apoyado por su público. Andrés Gómez estuvo a punto de romper cuando iban 5-5, pero Sznajder se recuperó y terminó ganando 7-5. Con estos tensos antecedentes, el último set fue realmente intenso. Los dos tenistas mantuvieron el mismo esquema y luchaban punto a punto el set.

Se llegó al quinto set, luego de un encuentro emocionante que llevaba más de tres horas de juego. En uno de los descansos del último set, la madre de Andrés, que estaba en uno de los palcos, le dijo en voz alta a su hijo: “Andrés, puedes hacerme el favor de apurarte en ganar el partido, que me cierran el centro comercial”. Esta frase quedó como una anécdota para no olvidarla nunca. En la práctica, Andrés complació a su madre, ya que en el decimoprimer game por fin rompió el servicio de Sznajder, para luego ganar el suyo y el match. La alegría se contagió y todos los ecuatorianos reunidos se unieron para abrazar a Gómez y a todos los del equipo. Andrés dio el punto para el 3-2 al ganar 4-6, 6-4, 6-4, 5-7, 7-5.

La celebración ecuatoriana continuó en la noche en el restaurante The Canadian Brewhouse, donde el animador advirtió la presencia de la delegación tricolor e invitó a que uno de los compatriotas subiera al escenario. Como una anécdota singular, Miguel Martín Ycaza fue quien subió y, luego de expresar unas frases de agradecimiento en inglés, ofreció al público cantar a capela la canción popular Cinco centavitos, de Julio Jaramillo. La sorpresa fue que la estrofa principal la cantó en inglés (I want to buy five cents of happines from life. I want to have bliss paying with blood and tears). El público se levantó para aplaudirlo.

Así terminó esta serie que fue inolvidable por las anécdotas vividas y porque se ganó 3-2, un resultado que permitía jugar la final en octubre de 1987 contra Brasil, para disputar el ascenso al grupo mundial. (O)