Ana María Ycaza Paulson nació en Guayaquil el 7 de mayo de 1951. Sus padres, don Carlos Ycaza Coronel y Ana María Paulson Andrade; ambos formaron una familia identificada plenamente con el tenis.

Doña Ana María Paulson Andrade, nacida en 1923, era una verdadera enciclopedia del tenis. Sabía tanto que los jóvenes que entrenaban en el Guayaquil Tenis Club le pedían consejos técnicos sobre cómo mejorar su juego. Ella fue parte importante para que sus hijos supieran lo que es competir.

El abuelo de Ana María Ycaza era de nacionalidad noruega y también jugaba al tenis. Se conoce que murió en una cancha del Guayaquil Tenis Club, cuando jugaba un partido.

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Ycaza a los tres años ya empuñaba una raqueta. El club era prácticamente su casa. Su primer entrenador fue el chileno Hernán Guzmán, luego Ricardo Lucero, pero quien pulió su tenis fue Miguel Olvera.

El mayor problema en sus inicios, cuando tenía 12 o 13 años, era que no se programaban torneos femeninos, por lo que en 1963 jugó la Copa Homero Cano, que era solo para hombres, y la ganó. A esa edad no tenía con quien practicar, así que lo hacía con María Eugenia Guzmán, que era mayor que ella por seis años.

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Ana María jugó tenis hasta los 22 años. Fue campeona provincial y nacional cuando se realizaban torneos. En 1967 el equipo de Estados Unidos vino a jugar la Copa Davis. El capitán de ese equipo, George McKall, la vio jugar y le gustó como lo hacía. Eso sirvió para que le consigan una beca en Los Ángeles en la academia de Jack Kramer. Ana María se fue después de graduarse de bachiller en 1968. Estuvo tres meses y recibía dos clases por semana. El Tenis Club ayudó con la estadía y la marca Wilson le entregaba raquetas.

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La primera experiencia fue a los 14 años, en los Juegos Bolivarianos de Guayaquil. En 1967 la seleccionaron con María Eugenia para jugar en el Panamericano de Winepeg, pero había en esa época una gran resistencia en llevarlas, porque se pensaba que no tenían ninguna oportunidad. Aquí hay que reconocer el esfuerzo del dirigente Voltaire Paladines, que consiguió incluirlas, y la sorpresa fue que ellos consiguieron la única medalla que el país tuvo en esos Panamericanos. La presea de plata que consiguieron ganando a Canadá, que tenía a la pareja número diez del mundo y perdiendo en la final contra Estados Unidos. Cuando regresaron triunfadoras, Ana María declaró: “Y no nos querían llevar. Nos decían que tan solo éramos maletas viajeras y les trajimos la de plata”.

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En 1968, fueron a los Juegos Olímpicos de México e, increíblemente, no pudieron desfilar, porque no había uniforme para las dos deportistas. Aunque sí jugaron, en esa época el tenis en las olimpiadas era deporte de exhibición. El articulista Ricardo Chacón, en 1968 la describió así: “Ana María es fuerte, se mueve con rapidez rompiendo todos los obstáculos. Es la campeona nacional, alegre, emotiva, gusta del deporte, lo vive, lo siente con el alma”.

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Ycaza Paulson fue una de las más importantes forjadoras para que el tenis se promoviera entre niñas y jóvenes del país.

Guzmán, la mejor

María Eugenia Guzmán Pérez nació en Guayaquil el 8 de septiembre de 1945. Hija de Fernando Guzmán y Lily Pérez. Su padre fue futbolista; debió retirarse por una lesión, pero practicaba el tenis. María Eugenia era, desde muy chica, una nadadora con futuro, hasta que su padre incidió para que juegue al tenis.

Desde muy pequeña, rondando el Guayaquil Tenis Club, se inició la vida deportiva de María Eugenia. En las canchas del club, por los años 50, empezó a aprender a jugar el tenis. Como fue creciendo, fue ganando en su juego y sobre todo en su deseo de ser tenista. Representó a su club y ganó todos los torneos de la provincia y del país. Era invencible en todos los torneos internos que organizaba el Tenis Club.

María Eugenia, de temperamento fuerte y a veces muy callada, prefería guardar para ella muchas cosas, muy independiente. En esos tiempos jugó mucho en el exterior y viajaba sola. Sus padres la apoyaron mucho. Se daba maneras para conseguir que le dieran la estadía en los torneos que jugaba fuera del país.

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Su tenis se definía como un juego muy seguro, de golpes planos. Era una verdadera guerrera en la cancha y no perdonaba un punto. La rival que se enfrentaba a María Eugenia debía luchar muchísimo para ganarle un juego. No poseía un golpe espectacular, pero su fuerte era la seguridad.

Entre sus participaciones nacionales y extranjeras están: en 1962, el Sudamericano en Guayaquil; en 1963, el Panamericano en Brasil y el Sudamericano en Colombia; en 1964, el torneo mundial juvenil Orange Bowl en Miami y todo el circuito de tenis de verano de Estados Unidos, incluyendo el Forest Hills de Nueva York; en 1965, el Bolivariano de Guayaquil, donde ganó la medalla de plata y de bronce; en1966, el campeonato Ciudad de Lima, logrando el vicecampeonato; en 1967, en varios torneos en Europa, y también tuvo una destacada actuación en los Panamericanos de Winnipeg-Canadá, donde ganó medalla de plata haciendo pareja con Ana María Ycaza y de bronce en mixtos con Pancho Guzmán.

María Eugenia se convirtió en profesional en 1968, cuando tuvo la oportunidad de jugar los campeonatos importantes como en Wimbledon, Roma, Roland Garros, Portugal, España, Suiza y Alemania. Ganó el torneo de Grecia, el de Belfast en Irlanda, el torneo del Club Parioli de Roma, y fue finalista de Cardiff en Inglaterra. Participó en 1968 en los JJ. OO. de México, que se jugaron en Guadalajara; en 1969, quedó bicampeona en los campeonatos de Toronto y Montreal en Canadá; en 1970 fue ubicada en Sao Paulo como jugadora número dos de Sudamérica. En ese mismo año jugó también los Bolivarianos en Maracaibo, donde ganó medalla de oro y plata; en 1972 participó en la Copa Federación en Johannesburgo - Sudáfrica. En ese año participó en el circuito de tenis Lan Chile, que se jugó en varios países en Centroamérica y Sudamérica. Ganó el torneo Sonesta Beach Hotel de Miami. En los juegos nacionales jugados en Quito en 1974, ganó tres medallas de oro.

Jugó muchas veces haciendo pareja con Ana María Ycaza, conformando una dupla reconocida en Sudamérica.

Luego de retirarse de la práctica de tenis, a los 30 años, se dedicó a enseñar y a entrenar a niños y adultos. Para ello asistió a cursos de técnicos profesionales, tanto en EE. UU. como en Inglaterra, con profesores de la talla del australiano Hopman, de Pancho Segura y de Nick Boletieri.

Falleció en 1996. Sobre su deceso, el columnista Andrés Mendoza escribió un sentido artículo en EL UNIVERSO: “Ha sido una durísima lucha contra una dolorosa e inclemente enfermedad, pero la enfrentaste con la misma bravura y gallardía como cuando te tocó pararte contra las gigantes María Esther Bueno, Althea Gilson o Margaret Court”.

María Eugenia Guzmán Pérez, por su trayectoria, es considerada la mejor tenista ecuatoriana de todos los tiempos. Nuestro reconocimiento a esta dama que nació, creció y murió con el amor de su vida, el tenis. (O)