¿Destino, casualidad…? Tuvo que ser en Qatar, donde es tan cuestionado el rol secundario que se adjudica a la mujer, que Stephanie Frappart, francesa de 38 años, plantara la bandera de su género. La Neil Armstrong del referato femenino dirigió este jueves Alemania 4 - Costa Rica 2 y se convirtió en la primera de su sexo en conducir un partido de la Copa del Mundo masculina. Que, como nos dijo Javier Castrilli, “no la designaron para quedar bien con nadie sino porque es verdaderamente excepcional como árbitra, un talento que está por encima de gran parte de los réferis varones”. Ella dio el silbatazo inicial, ahora vendrán otras. Lo mismo pasó con las periodistas mujeres. Ver una relatando partidos por radio, como nos pasó con la paraguaya Estela Marecos en la Copa América de 1999, resultó al menos curioso para muchos, pero Estela posee tal personalidad que dejó boquiabiertos a todos. Narraba mezclando español con guaraní, apretujada en medio de la platea (no le habían dado cabina, como a los hombres) con una garra sobrecogedora. Julio César Romero, el gran Romerito del Cosmos y de la Selección Paraguaya, le oficiaba de comentarista y parecía un pollito a su lado. Sentimos tanta admiración por ella que la entrevistamos. Hoy, afortunadamente, las Estelas son lo más normal. El Centro de Prensa, donde entran y salen 12.500 enviados de los medios del mundo, tiene mayoría de hombres, es cierto, pero hay cantidad de mujeres. Está absolutamente naturalizado. Este cronista comparte en la televisión con dos de ellas y son supercapaces para analizar fútbol. Stephanie fue la estrella de la noche en el Alemania - Costa Rica. La iluminó.