Ha pasado medio siglo de la noche triunfal de Barcelona ante el multilaureado Estudiantes de La Plata, en el estadio Jorge Luis Hirsch, pero en el mundo siguen escribiéndose emotivas notas que destacan el asombro de la victoria y la anecdótica circunstancia del gol logrado por un sacerdote vasco que cambiaba la sotana negra por una camiseta oro y grana.