Las leyendas son tales porque la historia de sus hazañas se transmite de generación en generación. Sus proezas configuran relatos y, por supuesto, se complementan con el o los personajes que en una determinada época se transformaron en símbolos culturales de una sociedad. Francisco Segura Cano es una leyenda con la estela fantástica, dramática y épica que fue su vida. Basta recordar que es el único deportista ecuatoriano que figura en el Salón de la Fama, espacio reservado para los mejores del mundo.