Dos países han monopolizado los títulos internacionales en los años recientes. España es lo que se dice “campeón de todo”: ganador de la Eurocopa 2024, de la Liga de Naciones 2023 masculina, Liga de Naciones 2024 femenina, Mundial femenino 2023, campeón olímpico en varones 2024, Real Madrid levantó la Champions masculina, Barcelona la Champions femenina, la Roja titular europea sub-19 mujeres y hombres… Apabullante, inédito e inigualable.

De este lado del agua, Argentina hilvanó tres perlas preciosas: Copa América, Mundial, Copa América. Nunca se había dado. También ganó la Finalissima 2022 (Europa vs. Sudámerica). Y son frecuentes sus éxitos en torneos juveniles. El año próximo se encontrarán en la Finalissima. ¿Por qué tantos títulos concentrados en apenas dos medios futbolísticos…? Desde luego, tener buenos jugadores es una explicación. Sin embargo, hay un denominador común: sus directores técnicos. Inundan el planeta. Los españoles son los más buscados de Europa; los argentinos copan América.

Luis de la Fuente, vencedor de los últimos dos laureles ibéricos (Euro y Liga de Naciones), no dispone de un plantel que uno diga “uuuuuuhhhh…”. Acontece que De la Fuente como sus colegas paisanos tienen una buena fundamentación táctica y, sobre todo, atacan por aire, mar y tierra. Enfrentan a Alemania en Stuttgart y no cejan en su búsqueda ofensiva. Su antecesor, Luis Enrique, igual. Y todos los conductores españoles de la nueva guardia: Guardiola en el City, Xabi Alonso en el Leverkusen, Unai Emery en el Aston Villa, Mikel Arteta en el Arsenal. Tres de los cuatro primeros de la Premier League son dirigidos por españoles, que han sido campeones en Inglaterra, Alemania y Francia. El mismo Xavi Hernández, que en el breve lapso de cuatro años ganó nueve títulos entre el Al-Sadd de Catar y el FC Barcelona.

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Han invadido el mundo, son muy requeridos. En España están varias de las mejores escuelas de entrenadores del mundo. Esa es una de las claves. Otra es que, sin duda, Pep Guardiola hizo huella. Con matices, la mayoría juega a la posesión y posición. Esto es: tenencia de balón para dominar el juego y no ser atacado, estar en situación permanente de búsqueda ofensiva y generar peligro a base de movimientos y combinaciones más que en jugadas individuales. Este sistema le permitió a España ganar la Eurocopa derrotando a Italia, Alemania, Francia, Inglaterra y Croacia, cuatro campeones mundiales y un subcampeón. Y sin una nómina superestelar: con un auténtico crack como Rodri en el medio, eso sí; dos chicos desequilibrantes arriba, Lamine Yamal y Nico Williams, y el ultrarrendidor Dani Carvajal en el lateral derecho como estandartes. El resto, jugadores interesantes, aunque normales, correctos; acaso sobresalga Dani Olmo. Los dos centrales son franceses nacionalizados —Le Normand y Laporte—. No es una constelación justamente. La carta de triunfo llega desde el banco.

En Argentina hay centenares de escuelas de entrenadores en todo el país. Posiblemente el nivel educativo sea bueno, pero no parece ser la razón principal del suceso y la penetración de los DT albicelestes en el exterior. “Pasa que es un país futbolizado a mil”, opina Danilo Díaz, notable periodista chileno. “Y tienen seis finales del mundo; para los de afuera eso influye a la hora de buscar un técnico”.

De diez selecciones, la eliminatoria sudamericana tendrá siete estrategas del país de Di Stéfano, Maradona y Messi, el mismo número que hubo en la reciente Copa América. Además, Claudio Vivas dirigirá a Costa Rica tras la salida de Gustavo Alfaro y Estados Unidos anunciará en octubre a Mauricio Pochettino para su equipo nacional. Desde la Patagonia hasta Norteamérica hay 80 entrenadores argentinos en clubes y selecciones. Algunos países, como Perú, tienen doce: ocho en Primera División y cuatro en Segunda; diez hay en Chile, diez en Ecuador entre selección, Primera y Segunda; siete en Bolivia y Honduras, cinco en México; y, muy significativo, cinco en Brasil. El fútbol brasileño mira cada vez más al argentino. También hay 42 futbolistas argentos en los principales clubes.

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A diferencia de los españoles, lo de contratar técnicos argentinos no es nuevo: viene de lejos. Todo comenzó en 1935, cuando Guillermo Stábile, goleador del Mundial del 30 que había jugado en Italia y Francia, asumió como orientador del Red Star de París y lo llevó a Primera. Estuvo hasta 1939. En la Copa del Mundo de 1938 integró el cuerpo técnico de Vittorio Pozzo, en la Italia campeona. Luego volvió a la patria y dirigió por años a la selección albiceleste, ganando seis veces la Copa América. En los años 40 y 50 hubo algunos nombres de máxima resonancia en Europa, como Renato Cesarini, Yiyo Carniglia (bicampeón de Europa con el célebre Real Madrid de Di Stefano y Puskas), Alejandro Scopelli, autor de Yo, Mister, libro de cabecera para todos los entrenadores del mundo; Helenio Herrera, el creador del multicampeón Inter de Milán. Ellos dejaron una profunda huella y abrieron el camino a cientos de compatriotas.

Hay una demanda cada vez mayor por contratar entrenadores argentinos, desde siempre una mano de obra muy buscada. América está regada, pero también se los ve en otros continentes y hasta en lugares exóticos. Saben llegarle al jugador, se los tiene como buenos conductores de grupos, actualizados, y en general se valora su conocimiento del juego. Los mejores exponentes hoy, sin duda, son Lionel Scaloni (un hallazgo increíble) y Néstor Lorenzo, quien dio un vuelco total a la selección de Colombia.

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“Los argentinos fueron unos adelantados en cuanto a la carrera de dirección técnica, mucho antes que todos, y tomaron una ventaja fundamental”, sostiene Ramón Jesurún, presidente de la Federación Colombiana y quien contrató a Lorenzo. “Además —agrega—, no les da miedo explorar otros mercados, se adaptan muy fácilmente a la cultura e idiosincrasia y al sistema competitivo del país donde van. Hoy ya las escuelas de técnicos se están estableciendo con éxito en todas partes, pero el paso inicial que tuvieron les dio ese posicionamiento y la gran credibilidad en su trabajo”.

Luciano, amigo español, me pregunta las razones de este suceso de los Simeone, Gareca, Bielsa, hijos a su vez de los Menotti, Bilardo, Bianchi. “¿Dónde se capacitan...? En España la escuela de formación técnica para entrenadores es excelente y la regenta la Federación Española… El Ajax tiene una escuela de formación famosa… Y los demás países europeos, cada uno a cual mejor. Pero Argentina tiene una nube de técnicos fantásticos y nunca se oye hablar del lugar de formación”.

Como decimos, hay escuelas, desde luego, pero el mejor aprendizaje se adquiere en la discusión del café de la esquina, en la canchita del barrio, en el club, en la charla de fútbol a toda hora y en cualquier lugar. Es un hecho cultural que parte desde la pasión: todo argentino, en el fondo, se ve técnico de fútbol. (O)