A dos meses de cumplir 38 años y a los casi 21 de su debut en primera división, Lionel Messi atraviesa una fase notable de su juego. Es el alma del Inter Miami, un club que era el peor de la liga norteamericana y ahora es el mejor. Lidera, enseña, lucha, arma juego, define, hace goles preciosos y pases magistrales, patea tiros libres peligrosos y córneres envenenados... Pero lo extraordinario es su deseo de ganar. Corre como un chico de veinte. “Es un ejemplo para los demás de cómo competir. Ya ganó todo, pero quiere más y hace lo imposible para seguir ganando”, declaró Javier Mascherano, por años su compañero, ahora su entrenador.