El fútbol ecuatoriano volverá a decir presente en la cúspide del balompié europeo. Catorce años después de que Antonio Valencia disputara con el Manchester United la final de la Champions League en 2011, otro tricolor se alista para dejar su huella en el partido más importante del continente: Willian Pacho será finalista con el Paris Saint-Germain.
El defensor esmeraldeño, de 23 años, se ha ganado el respeto y la admiración de la exigente afición parisina. Bajo el mando del español Luis Enrique, su temporada ha sido sencillamente monumental.
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Sólido, sobrio y tácticamente impecable, Pacho ha sido el cerrojo que sostuvo al PSG en momentos clave de la campaña europea. Su presencia ha sido constante en la zaga, incluso por encima de nombres con más cartel, demostrando que el talento no siempre necesita estridencias para imponerse.
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El exjugador del Royal Antwerp y del Independiente del Valle ha tenido una evolución significativa. Desde su llegada al PSG, su capacidad de adaptación, liderazgo silencioso y lectura de juego lo convirtieron en una pieza inamovible del once titular.
No fue extraño verlo cerrar partidos con autoridad o iniciar jugadas desde el fondo con criterio, una característica que encaja a la perfección en el libreto del técnico español.
“Pacho es el tipo de defensor que todo entrenador quiere tener”, dijo Luis Enrique en rueda de prensa semanas atrás.
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El último ecuatoriano que disputó una final de Champions fue Antonio Valencia, en Wembley, contra el FC Barcelona de Lionel Messi, Xavi e Iniesta; dirigido por Pep Guardiola.
Hoy, más de una década después, Pacho toma la posta con madurez y ambición. Lo hace desde otra posición en la cancha, pero con el mismo orgullo de representar a Ecuador en la élite del fútbol mundial.
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El próximo reto será consagrarse campeón y ser el primer tricolor en obtener la medalla de oro de la competición de clubes más prestigiosa del mundo. (D)