¡Es un pájaro! ¡Es un avión!... ¡No... es Carlos Raffo! La exclamación pudo escapársele, por asombro, a cualquiera de los 18.000 espectadores que el 10 de marzo de 1963 asistieron al estadio Hernando Siles. O tal vez la frase fue dicha con vehemencia por alguno de los futbolistas de Bolivia cuando vieron que el Flaco ejecutaba una acción humanamente imposible: volar en los 3.600 metros de altura sobre el nivel del mar. O hasta pudo ser fue proferida por sus compañeros del combinado de Ecuador. ¿Se dijo en alguna transmisión radial de aquel partido loco en La Paz? No hay registros sonoros para verificarlo.

Raffo, crack e hincha que se enamoró de Ecuador

Lo realmente cierto es que la popular expresión, locutada originalmente entre 1940 y 1951 en el serial radiofónico estadounidense Aventuras de Superman (“¡Es un pájaro! ¡Es un avión!... No... es Superman”) debió ser coreada, por un acto de justicia, en el juego de la jornada de apertura de la Copa América de hace 60 años. Obviamente, con la modificación forzada por la acrobacia aérea del legendario Raffo.

Carlos Raffo, inmortal

Este sábado en Nueva Jersey se medirán en un amistoso por la fecha FIFA Ecuador y Bolivia, en el tercer compromiso del español Félix Sánchez Bas. Y aunque el historial de este enfrentamiento incluye varios antecedentes felices para el balompié nacional (¡cómo olvidar la paliza 5-1 en campo paceño, rumbo al Mundial de Japón-Corea del Sur 2002!) pocos goles tricolores anotados contra los del Altiplano son tan espectaculares y míticos como el que convirtió Raffo, en modo avioneta.

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Un grito para la historia: ‘¡Carlitos no se va!’

‘Un extraterrestre’

Para 1963 ya tenía asegurada el Flaco la inmortalidad deportiva, pero el primer tanto que marcó en esa Copa América no solo fue considerado el más espectacular del torneo, si no que le sirvió para comenzar a caminar por una ruta gloriosa que lo metió para siempre en el libro de récords de la Conmebol.

Raffo aterrizó en Bolivia con una consolidada fama de goleador de sangre fría, rasgo que comenzó a forjar en Emelec 11 de septiembre de 1954 con un escalofriante triplete contra el Panamá SC –triunfo 4-0 en el torneo profesional de Asoguayas–, que fue su tarjeta de presentación como romperredes eléctrico.

Arriba: Vicente Lecaro, Luciano Macías, Hugo Mejia, Jaime Galarza, Alfonso Quijano, Ruperto Reeves Patterso. Abajo: José Vicente Balseca (i), Jorge Bolaños, Carlos Raffo, Enrique Raymondi, Armando Larrea. Copa América de 1963. Foto: Archivo

En Quito, meses antes de aparecer en el estadio Capwell, el delgado ariete nacido en Buenos Aires (10 de mayo de 1926) era la mayor sensación del certamen de AFNA. EL UNIVERSO elogió al letal atacante porque “el 2 de mayo de 1954, en el duelo (amistoso) entre el Argentina y Norteamérica, Raffo hizo cinco goles en un triunfo 6-0 y ya no quedaron dudas para nadie de que se trataba de un extraterrestre”.

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Obra maestra

Para debutar con el anfitrión, Ecuador llegó la Copa América de Bolivia 1963 “con pocas horas de anticipación a la realización del encuentro”. Este Diario reseñó que pese recibir goles a los 16 y 27 minutos por “el cansancio provocado por la altura y al poco tiempo que tuvieron los jugadores para aclimatarse”, se produjo “una sensacional levantada que propició el piloto goleador Carlos Raffo. Estaba desconcertada la afición del Altiplano al igual que los jugadores (bolivianos), quienes no habían previsto esta recuperación del once ecuatoriano”.

Corajudo, a los 29 minutos Raffo elaboró una obra maestra. Con letras mayúsculas EL UNIVERSO publicó: “¡GOLAZO DE CARLOS RAFFO! Así inició la cuenta Ecuador contra el representativo de Bolivia. En impecable palomita del delantero centro del equipo nacional remató hacia la portería del Altiplano dejando sin chance al golero. Los defensores llegaron tarde para evitar el remate del piloto ecuatoriano. Fue el mejor gol del encuentro”.

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El vuelo de Carlos Raffo para anotar de palomita ante Bolivia en 1963. Foto: Archivo

Del portentoso vuelo del cañonero se añadió: “Raffo remató de cabeza un pase de Enrique Raymondi batiendo por primera vez a (Arturo) López”. A los 39 el mismo Maestrito “aprovechó una salida en falso del guardavallas boliviano para llegar la cuenta 2-2″. En el complemento Raffo –con un cabezazo– y Raymondi pusieron arriba a la Selección. Sin embargo, fue imposible contener la feroz arremetida de los futuros campeones de América. El partidazo acabó 4-4.

El otro gol de Carlos Raffo en La Paz, a Bolivia, por la Copa América de 1963. Foto: Tomada del portal historiadelfutbolboliviano.com

Goleador de América

Ese día “Ecuador fue la gran sorpresa”, pero el veterano Raffo acaparó toda la atención el resto del torneo. La Copa América boliviana representó para el ídolo del emelecismo su consagración continental porque fue el goleador del campeonato. En las páginas de este Diario el recordado periodista Francisco Doylet Peñafiel, en enero de 1964, elaboró una de las más exactas definiciones del goleador: " Era un verdadero terror de los arqueros. Raffo fue siempre un ejemplo de codicia, de hambre de gol, de peligro permanente frente al arco”.

En su domicilio ubicado en Manabí y Rumichaca, un domingo de septiembre de 1991 Carlos Alberto Raffo le dio una entrevista a EL UNIVERSO (la primera que firmó este redactor en este Diario). La charla con el patriarca eléctrico se extendió a otro escenario: El Rancho de los Recuerdos. Así le llamaba el admirado Flaco a un departamento de su propiedad en las calles Azuay y Villavicencio. En realidad era un santuario futbolero dedicado a la memoria.

Carlos Raffo y su nieta Carla, en 1991, observaron una foto del gol más célebre del ‘Flaco’. Foto: Archivo

“Cuando quiero acordarme de mi época de jugador vengo acá y me reencuentro con Los Cinco Reyes Magos, la mejor delantera que integré. Imagínate: José Vicente Balseca y Jorge Bolaños por la derecha; por el centro, yo; Enrique Raymondi y el Pibe Ortega por la zurda. ¡No nos paraba nadie!”.

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La joya más bella del improvisado museo de Raffo era el par de botines que usó en la Copa América de 1963. Aquella mañana dominical de 1991 Raffo agregó otra pieza de colección, llevada desde su casa a El Rancho de los Recuerdos: la foto enmarcada de cuando voló en La Paz y soltó una bomba en el arco de Bolivia. (D)