El público del Puskas Arena la tomó con Cristiano Ronaldo desde que saltó al césped. Ya en el calentamiento, le silbaron cada vez que tocaba el balón. Las gradas estaban llenas, debido a que Hungría es uno de los países del mundo que menos incidencia tiene de coronavirus. Afortunadamente, no todos los aficionados entonaron un lamentable cántico homófobo contra la estrella de Portugal.