La mención de Peñarol hace que cualquier ecuatoriano asocie de inmediato el nombre del club uruguayo con Alberto Spencer, el mejor futbolista nacional de todos los tiempos. Spencer universalizó al club de Montevideo con goles, tres títulos de la Copa Libertadores de América y dos coronas mundiales. El artillero de Ancón fue protagonista estelar de la más brillante y exitosa época de la institución carbonera.

Tan decisivo fue en que ese equipo alcance una resonancia planetaria que hasta hoy los dos nombres siguen ligados: se habla del Peñarol de Spencer. En Uruguay, Cabeza Mágica es reverenciado. Llegó a Peñarol en 1960 “como un predestinado” para liderar, en el club aurinegro de Montevideo, “todo un cambio de rumbo: del fútbol de comarca se pasó al fútbol mundial”, sentenció el periodista charrúa Ricardo Lombardo en 1969.

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Después de Spencer, las pocas veces que Peñarol fichó a un tricolor se esperaba, en Ecuador y en Uruguay, que tenga un buen rendimiento, pero ninguno de los contratados por los aurinegros ha podido pasar de los rendimientos mediocres o de los fracasos rotundos.

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Interés por Romario Ibarra

El diario El País, de Montevideo, informa este miércoles que “en el fútbol uruguayo sobran los ejemplos de convenios entre equipos de nuestro país y el exterior –sobre todo de Argentina– para el intercambio de jugadores, pero ahora Peñarol es el club que quiere dejarlo por escrito y para eso el presidente Ignacio Ruglio viajará en los próximos días a México”.

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Según la nota, “el club mirasol se acerca a la posibilidad de poder cerrar la llegada de Romario Ibarra, atacante ecuatoriano de 29 años que pertenece al Grupo Pachuca y que en los últimos seis meses estuvo en Real Oviedo”.

En el Oviedo, de la segunda división de España, Ibarra jugó siete partidos, ninguno de 90 minutos. No marcó goles, no tuvo asistencias y 19 minutos fue la mayor cantidad de tiempo que estuvo en cancha con ese club.

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Spencer, caso aparte

Además de Spencer, ocho veces campeón nacional con Peñarol, ídolo del equipo, cuatro ocasiones dueño del título de goleo de ese país, máximo artillero de la Libertadores con 54 tantos (48 con Peñarol y 6 con Barcelona SC), estos ecuatorianos vistieron la camiseta carbonera con éxito.

1. Polo Carrera

“Llegó a principios de 1968 y se marchó a comienzos de 1970, recalando en River Plate de Uruguay. El volante no pudo marcar una importante diferencia en Peñarol. Pese a eso, en su país y en la selección fue uno de los jugadores más destacados del fútbol ecuatoriano”. dijo El País en una nota del 2018.

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2. Miller Castillo

Del atacante esmeraldeño, nacido en 1987, el rotativo arriba citado dijo hace seis años: “Su pasaje fue tan fugaz y su participación tan escasa, que muchos no lo recordarán. Llegó a Peñarol en 2011 y estuvo en el club solamente seis meses. El delantero vino con condiciones de ser un jugador muy veloz, para revolucionar el ataque aurinegro, pero pasó más (tiempo) en las divisiones inferiores que en la primera. Su estancia fue de junio a diciembre de 2011″.

3. Fidel Martínez

El futbolista amazónico llegó a préstamo en el 2018 con “el objetivo de lograr al menos algo de lo que hizo Spencer”, de acuerdo a El País. Con Peñarol solo jugó 15 partidos, y apena dos de ellos fueron de 90 minutos (ante Racing de Montevideo y Nacional). En un semestre como carbonero marcó cuatro goles y dio dos asistencias.

4. Billy Arce

Con irregular carrera “con más escándalos que brillo”, mencionó la prensa de Montevideo en julio del 2022 cuando Billy Arce se unió a Peñarol. En septiembre de ese año el cuerpo técnico decidió marginar al tricolor del primer equipo por bajo rendimiento. En el torneo nacional uruguayo jugó dos partidos: uno de 21 minutos y otro de cuatro, según Transfermarkt. Disputó medio tiempo en la Copa de Uruguay. No marcó goles. (D)