En menos de un mes cumplirá 95 años (nació el 2 de agosto de 1928), sin embargo, la clásica voz de radio del célebre Valenciano está intacta. Sus cuerdas vocales han resistido con éxito el embate del tiempo. Lúcido, sabio, conversador inteligente, divertido relator de anécdotas, entrañable, en cada opinión el periodista guayaquileño -que no tiene fecha de caducidad como tal- demuestra que el lema publicitario con el que era presentado hace casi medio siglo en su programa deportivo en Atalaya sigue vigente. Sonaba casi a sentencia, merecidísima, por el tono en que era dicha: “Guillermo Valencia León, un hombre que sabe de fútbol”.

En prensa escrita, radio, y como uno de los pioneros de la televisión ecuatoriana, bajo el seudónimo de Valenciano, el porteño fue testigo de varios hechos formidables del deporte ecuatoriano, de los que informó para los periódicos La Prensa, EL UNIVERSO, el antiguo Canal 2 (hoy Ecuavisa) y en la revista que tuvo una estancia brillante como director: Estadio, en donde Guillermo Valencia León se convirtió en una institución del periodismo del país.

Juan Manuel Basurko (c) deja en el piso al portero al 'Bambi' Flores al marcar el gol que lo inmortalizó en la historia del fútbol internacional. Foto: Archivo

Así alinearían Barcelona SC y Estudiantes de La Plata para el primer juego por los playoffs de la Copa Sudamericana

Como enviado especial de ese medio estuvo en La Plata la mágica noche del 29 de abril de 1971, cuando Barcelona SC sacudió al mundo con un triunfo inesperado sobre Estudiantes, en ese momento vigente tricampeón de la Copa Libertadores. Un gol del sacerdote español Juan Manuel Basurko acabó con el invicto pincharrata en su estadio y la repercusión de esa victoria torera no se extingue. Para comprobarlo basta revisar diarios como Mundo Deportivo, La Vanguardia y El País -para citar unos pocos- no de hace 52 años, sino de una década atrás. O también El Tiempo, de Bogotá, del 2020.

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Barcelona SC: ¡Esta es la voz de Juan Manuel Basurko, el sacerdote autor del gol de la hazaña de La Plata!

Inevitablemente todo duelo entre Barcelona SC y Estudiantes de La Plata, como el de este martes en Guayaquil, por una repesca para clasificar a los octavos de final de la Copa Sudamericana, causará que se recuerde y se celebre la hazaña barcelonista de 1971. En tiempos en que “los espectadores no tienen memoria”, como dijo en el 2012 Mario Vargas Llosa en su libro La civilización del espectáculo (de esa cultura agrega el Premio Nobel peruano que “otra característica de ella es el empobrecimiento de las ideas”), un sector del periodismo de Ecuador ha lapidado el hecho. ¿El argumento? Un adefesio: “¡Ya no me hablen de la hazaña de La Plata”.

Juan Manuel Bazurko, autor del gol de Barcelona SC en la hazaña de La Plata, ‘no se vanagloriaba por lo hecho en Ecuador’, cuenta su hijo Izaro

El legendario Valenciano es hoy el último mohicano entre los periodistas nacionales que cubrieron en vivo y en directo el asombroso triunfo amarillo en La Plata. Acudió por Estadio, como lo hicieron Ricardo Chacón (EL UNIVERSO), Manuel Kun (La Razón), Ecuador Martínez y Arístides Castro (Atalaya), y Pablo Vela y Jacinto Landázuri (radio Mambo).

Radicado en Miami, Valenciano, periodista de altísimos quilates, charló con este Diario sobre sus remembranzas del compromiso inolvidable, cumplido en la fase de semifinales de la Libertadores de 1971, y habló también de la importancia imperecedera de la hazaña de La Plata.

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¿Qué recuerda de la victoria 1-0 de Barcelona SC en La Plata, con el gol del padre Basurko?

Después del partido fui a la sede de El Gráfico, revista de la que era corresponsal en Ecuador, para escribir la nota. El director me dijo “Nos han dado duro. Llévate todas las fotos porque solo vamos a publicar una”. Por eso, en Estadio pudimos tener la mejor información y gráficas de ese memorable partido. ¿Por qué digo memorable? Porque me parece que en ese entonces se jugaba mucho mejor fútbol que ahora. Había más brillantez en el accionar y elementos de más capacidad. Siempre recuerdo que allá, cuando hablaban de Estudiantes, el tricampeón de América, se llenaban la boca diciendo: “Che, somos superiores”. Pero en la cancha es donde se demuestra quién es superior. Decían: “Pobre Barcelona, es un equipo de tercera categoría”. Creían que Estudiantes era el rey del fútbol, pero hay que reconocer que en verdad sí se trataba de un equipazo.

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¿Y qué decía el periodismo de Argentina tras la derrota de Estudiantes?

Cuando terminó el juego fui a buscar a los colegas y les dije: ‘¿Qué les parece?, un equipo de tercera categoría le ganó al campeón de la Copa Libertadores. Me respondieron que se perdió por un error de planteamiento. Les dije que discrepaba, que no hubo error de planteamiento. El error fue creerse superiores cuando aquello se demuestra en la cancha con el manejo del balón. Barcelona SC, sin tener el dominio absoluto del partido, supo controlar muy bien el juego. Lo cierto es que aquella anécdota en El Gráfico no la olvidaré jamás. “Nos dieron estos ecuatorianos, llévate las fotos”, repetían. Lo de Barcelona fue el imperio del humilde sobre el todopoderoso.

Guillermo Valencia León (c), premiado en la década de los 60. Con él aparecen otras dos leyendas: ‘Chicken’ Palacios (i) y Carlos Armando Rodas. Foto: Archivo

¿Quiénes fueron los mejores jugadores de Barcelona SC aquella noche de 1971? Usted escribió una emotiva nota que tituló ‘Gracias, Cacho’, como homenaje al zaguero uruguayo Édison Saldivia.

Barcelona tuvo una defensa de acero encabezada por el Pollo Luciano Macías y el Ministro Vicente Lecaro. Un mediocampo con Pepe Paes y Miguel Ángel Coronel. Una delantera con Washington Muñoz. Uno recuerda estos nombres y dan ganas de llorar porque ahora ya no se juega con la brillantez de antaño. No es que soy una persona retrógrada, simple y llanamente yo veía en las canchas más deseo de hacer fútbol y no solo pelotazos. Pero eso es tema de otra charla. Barcelona SC tuvo un buen planteamiento, pero sobre todo a dos ambiciosos del gol: el cura Juan Manuel Basurko y Alberto Spencer. Llegaron a concretar, en una jugada, algo que parecía imposible.

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¿Saldivia fue la figura?

¡Qué cosas hizo Saldivia después del histórico gol de Basurko! ¡Qué jugador Saldivia, Dios mío! Parecía el rey del área. No dejó pasar nada, todo lo resolvía. Esa es la historia de este equipo de Spencer, como todo el mundo comenzó a llamarlo en ese momento, y del cura Basurko también.

¿Cómo vivió el gol de Basurko en el palco de prensa?

Yo no estaba en el palco de prensa. Estaba en la cancha y en cada tiempo del partido me moví al lado que atacaba Barcelona, porque tenía convicción de que iba a producirse el suceso del siglo. Y así ocurrió.

¿Cómo fue el gol del padre Basurko?

El cura alzó los brazos. Creo que le parecía imposible lo que había hecho. La gente gritaba: “¡Off side!, ¡off side!”. Nada de fuera de lugar. Esa era más bien la justificación de la derrota de Estudiantes ante el ‘modesto’ equipo de Guayaquil. El gol fue como está narrado (por Ecuador Martínez, en radio Atalaya). En la jugada se juntaron los tres monstruos de Barcelona: Jorge Bolaños, Basurko y Spencer. Las cosas no podían cambiar porque estaban estos tres monstruos y teníamos una defensa de acero. La gente de Estudiantes lloraba en el estadio. La hazaña de La Plata debería traerse permanentemente a colación en esta etapa en que Ecuador muchos no miran hacia atrás. No conocen la historia, pero hablan cualquier cosa.

¿Qué opina de una corriente puesta de moda en el periodismo nacional que sistemáticamente desmerece hechos deportivos como el de La Plata? ¿Por qué es importante recordar ese triunfo barcelonista?

Nosotros, en esa época, ganábamos por hazañas, no por competencia permanente. El fútbol ecuatoriano no estaba para éxitos grandes, aun teniendo a Spencer que al triunfar en Peñarol hizo trascender el nombre de nuestro país. Esa noche en La Plata un relator argentino, de los mejores de todos los tiempos, pero cuyo nombre no recuerdo ahora, gritaba sobre Spencer: “¡El ecuatoriano de oro!”, “Alberto Spencer, el ídolo, el monstruo, Peñarol sintetizado en él”. Los argentinos reconocían las gestas de Spencer. Pero muchos ecuatorianos no valoran lo que tenemos. El triunfo de Barcelona ante Estudiantes fue una hazaña. Era ineludible que el fútbol de Ecuador crecía poco a poco. Ese desarrollo tuvo su clímax con las participaciones mundialistas.

¿La hazaña de La Plata fue el hecho deportivo de mayor repercusión que usted cubrió como enviado especial?

En esa época, sí. Ecuador no está repleto de estrellas en el firmamento futbolístico mundial. Apenas ahora hay un cierto grado de inclinación al profesionalismo y al buen comportamiento de los jugadores. Hemos tenido grandes futbolistas, pero algunos desviaron la conducta. Hubo un caso que fue excepcional y es el de Alberto Spencer, nuestra primera gran estrella.

¿Qué conversó con los periodistas de Ecuador que fueron a La Plata?

No conversamos porque estuve en la cancha siempre, no fui al palco de prensa. Por eso fue una nota exclusiva y porque a través de El Gráfico conseguí una gran cantidad de fotos.

¿Cómo se inició en el periodismo?

Comencé en 1945, en el diario La Prensa (de Guayaquil). Mi ingreso a ese periódico fue anecdótico. Resulta que nos robaron en la casa y fui a La Prensa a denunciar el robo. Miguel Ulloa, que era subdirector, me dijo: “Así como me lo está contando usted lo va escribir y lo publicaremos. Ese fue mi inicio en el periodismo. Pero llegó el director, don Pompilio Ulloa, y preguntó: “¿Qué hace este pájaro negro aquí?”. Miguel Ulloa le dijo que yo era el nuevo cronista de deportes. “¿Y cuánto va a cobrar?” fue la siguiente pregunta. Miguel Ulloa le contestó: “Nada”. Y don Pompilio gritó: “¡Ah, entonces es mi hijo, es mi hijo!”. (D)